Y sin embargo, hay personas que mueren en verano. Las estaciones del año ni entienden lo que es la pereza, ni lo que es inapropiado y en definitiva, no entienden lo que es la muerte.

Alguien muere y entonces todo sucede sin más: alguien llama a un médico, alguien cierra las puertas y baja la persiana, alguien se pone en contacto con la familia que está lejos, alguien consigue hablar con el cura, alguien trae agua fresca y vasos y fanta... porque el día de calor es terrible, alguien saca sillas a la puerta para los acompañantes, muchos lloran, alguien se ofrece para lo que haga falta, alguien cocina por si se necesita comida, todos esperan en voz baja a que lleguen los familiares y consolar su llanto inconsolable. Alguien muere y todos van a una desde el principio hasta la despedida final en el cementerio. Porque además y a pesar del terrible calor todos van caminando detrás del coche fúnebre para dar el último adiós.
Mi padre dice que donde está la muerte está la vida. Así es sencillo vivir y morir. Gracias.