miércoles, 2 de octubre de 2024

Vuelva usted mañana

Mariano José de Larra, con esta expresión quiso criticar de manera satírica la enfermedad tan común y tan extendida de la sociedad española: la pereza. A esto se me antoja sumarle la ironía con la que el cine español trata también este defecto:  películas como Don erre que erre, en la que un simpático Paco Martínez Soria sabe perfectamente que los gigantes no deben ganar.

Como observadora y partícipe de este sociedad, puedo dar testimonio de que todo esto es real. Presenté dos reclamaciones entre los meses de agosto y octubre del año 2022 en la Dirección general de seguros y planes de pensiones. Dos reclamaciones en las que me vi obligada a llegar al máximo responsable porque la compañía en cuestión resolvió sus dos tremendas negligencias con disculpas y balones fuera. Pensarían que me iba a retirar...

Entiendo que el ciudadano decida no reclamar, entiendo que decida no denunciar porque la herramienta fundamental de nuestras administraciones es la de KO por agotamiento. Yo que no soy de cansarme demasiado en cuanto a injusticias se refiere, sigo después de dos años pendiente de mis reclamaciones en curso. Consulto recientemente y resulta que uno de los procesos ha finalizado en agosto (2 años después) y se han olvidado de mandarme la resolución. Llevo ya dos llamadas telefónicas en las que se me asegura que siga insistiendo que los inspectores ya me la mandarán y bajo la justificación de que es muy raro que no me la hayan comunicado, vamos ya por dos años, dos meses y días. Sí puestos a condenarnos, la administración no escatima en tiempo.

Hoy me han dicho que al menos les de un margen de otras dos semanas para mandarme la notificación. Me pregunto: ¿Qué son dos semanas más? Desconozco además si dicha resolución viaja desde el otro lado del mundo y en bicicleta.

No tendría un carácter español, si no tuviese la paciencia de seguir esperando, porque al final o esperas sin que decaiga la insistencia o te rindes y piensas como la mayoría: para qué me voy a molestar si no lo van a resolver.

Lo resolverán, menudos somos Larra, Martínez Soria y yo. Los tres sabemos que los gigantes no deben ganar.