Tienes razón, querido Heráclito, todo cambia y nada permanece. No puedo imaginar en qué coño estaría pensando Parménides cuando afirmó que todo ese Ser que el concebía era inmutable.
Yo nunca soy la misma, quién querría serlo.
Yo siempre soy la misma, ¿acaso me ves diferente?
¡Que desgaste pensar y creer en todo eso que la gente va a empezar a ser y a hacer cuando acabe esta pandemia!
Erase una mascarilla, tuneada, a una mujer pegada.
Ahora esta soy yo.
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