Me ha dicho Ciorán, que la vida es soportable gracias al sueño y que cada mañana comienza una nueva aventura.
Tú que gustas de la filosofía estoica y Marco Aurelio es tu cabecera, quiero que sepas que el arte de vivir se asemeja más a la lucha que a la danza y tú a estas alturas ya sabes mucho de luchar. Nietzsche le habría dicho a Marco Aurelio que lo importante es danzar, como el superhombre, porque en el baile está la liberación de todo dolor y prejuicios. ¿Bailamos? No sé si luchar o bailar. ¿Luchamos?
Que lo importante de regresar a Ítaca no es llegar, ya sabes que recorrer y deleitarse en el camino, es lo realmente imprescindible para el caminante. Camina despacio, entonces.
Decía Manuel Pimentel que somos zombis, turistas o caminantes, no por nuestros conocimientos, sino por nuestra actitud. ¿Quién es más feliz?
Confesión: Decía Epícteto que la filosofía es un gimnasio. Tú me dijiste que amabas la filosofía, será fácil el entrenamiento.
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Cada noche me someto al juicio de mi propio tribunal, como Séneca, para darme cuenta de todo lo que soy y lo que puedo soportar.
Te diré que nos convertimos en víctimas de nuestra realidad, que hay que poner distancia entre ella y nosotros o nos asfixiará. Lo siento, no puedo decirte qué es la realidad, para que puedas distanciarte.
Sé que todo esto da miedo, por eso la mayoría solo prefiere hacer turismo o ser un zombi. Tu y yo sé que vamos caminando. Despacio, querido amigo, despacio.
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