Esta ciudadana desea que a los políticos les sea concedido el privilegio de participar realmente en política y no desde la trinchera. Que visiten los centros educativos para que, además de aprender algo, puedan ver cómo son las aulas, cómo se aprovechan los recursos humanos, emocionales, materiales, inexistentes; que vayan a los hospitales públicos para que comprueben todo lo que falta y que ellos se han llevado y además paseen envueltos sólo en sus trajes de chaqueta por las habitaciones conociendo a los enfermos, escuchando sus lamentos de primera mano; que tengan que pasar por quirófanos públicos, salas de urgencias, médicos de cabecera y puedan sentir qué es ser un ciudadano real en un mundo real. Que vayan a la cola del paro y hagan cola porque estén desahuciados, que tengan que mear en la calle y asistir a comedores sociales y ducharse en cualquier sitio. Necesito que paseen por las calles, las nuestras, las de todos los españoles, que pisen las mismas aceras por las que hablamos de nuestras cosas que son las suyas, las de los que dicen que nos gobiernan. Quiero verlos en el supermercado contando el dinero para llegar a fin de mes y haciendo cuentas para las vacaciones y los libros de los niños. Quiero que dejen de contar mentiras, que admitan con humildad que no nos representan, que no nos respetan, que están lejos, ajenos a nuestras necesidades y demasiado ocupados en las suyas. Estoy harta de verlos en la tele justificando estupideces, harta de soportar la burla permanente que hacen del lenguaje con su no saber hablar...entre tantos asesores de imagen (que los vuelven cada vez más feos) no hay expertos en retórica.
Experimento fotográfico de mi hija: un corazón luminoso |
Hoy en mi clase de Platón me dejé llevar y sentí que efectivamente el mejor político es el filósofo, el más rico en sabiduría y virtud, capaz de gobernar con justicia porque es el más justo. Han muerto los auténticos filósofos, nos hemos vuelto conformistas, no exigimos, se regala el voto al más idiota, al inepto, al que a veces se parece más a nosotros mismos.
Que se vayan, por favor. Y si deciden quedarse que nos traten con respeto. Hoy les dije a mis alumnos que cualquiera de nosotros en lugar del misionero habría muerto en Africa, en silencio y algunos no quisieron creerlo....
No hay comentarios:
Publicar un comentario