sábado, 6 de marzo de 2021

"Muerte entre las flores"


El azar quiso que saliésemos caprichosamente de cualquier vagina, de las muchas extendidas por el mundo. Extraordinario azar que nos ha traído a la vida, aún sin desearlo. El mismo azar que nos llevará a la muerte.

Sé con seguridad que voy a envejecer y será en un largo otoño. Sentada debajo de un cerezo, fresco, como el tatuaje en mi brazo derecho. El amor de mi vida a mi lado, acariciándome la mano, media sonrisa medio borrada de tanto sonreír. Casi sin recuerdos, porque al fin y al cabo, para qué recordar. Alabando cada ocurrencia con ruidosas carcajadas, porque cuando envejezca reiré con fuerza para escucharme. Distorsionando en  mis oídos el aleteo de insectos, el viento despegando hojas del cerezo, deshojando flores de mi brazo y de mi alma.

Sé que amaré el color del cielo, pasearé cada noche con Minerva a mis espaldas, fingiré que aún puedo ver las estrellas y la luna me acompaña.

Estarán algunos de mis libros, especialmente aquellos que siempre estuvieron cerca para consolarme o enseñarme. Sobre todo apilaré en la mesilla aquellos que siempre me pellizcaron, para recordarme la importancia de dejar de leer y vivir.

Mis manos en reposo sobre el regazo, apaciguarán mi cuerpo y mi mente. Bajo el cerezo entornaré la mirada y me dejaré vaciar, para entonces espero no estar ya llena de nada. Respiraré tranquila, escuchando, a veces si a veces no, mi corazón.

Y con seguridad, en alguno de esos instantes, moriré.

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