Foto final con nuestra invitada. |
Venía sonriente y nerviosa, en la misma proporción. Se ha sentado con nosotros/as en círculo y nos ha contado su historia de amor y sus inicios en la sexualidad y entonces, todo lo que llevo hablando con mi alumnado sobre estos temas ha cobrado sentido. Allí estaba ella, hablando de Luis, del cosquilleo que la recorrió de abajo arriba y de arriba abajo al recibir el primer beso, de sus secretos, de sus momentos desgarradores, de su felicidad, de su primera relación sexual y ese amor intenso que la ha permitido llegar al momento en el que hoy está: feliz y libre.
Llevo varios días haciendo entender a mis chicos/as que en el Amor y en la Sexualidad, siempre han de ser libres.
Faty nos ha acompañado para recordarnos palabras claves como la responsabilidad, la seguridad, la pasión, la sinceridad y la importancia de luchar por reafirmarse cuando una sabe quién es. Y esto, queridos alumnos y alumnas, solo se consigue haciendo bien ese trabajo de conocimiento personal del que tantas veces hablamos.
Ser filósofo o filósofa es estar en contacto permanente con la realidad, no se puede crecer de otro modo. Faty, hoy, nos ha refrescado un poco de esa realidad.
Hay un proverbio africano que dice: Para educar a un niño, hace falta una tribu entera
Gracias por tu presencia y tus cariñosas y sinceras palabras. Gracias Faty, por no dudar en venir a acompañarnos y formar parte de la tribu.
Estos días nuestro espacio está abierto para que quienes lo deseen vengan a contarnos sus historias de amor y sexualidad.
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