Trabajo terminado. |
Saboreo un té de frutos rojos, fuera las calles vacías. Los perros han aprendido a pasear a sus dueños en estos días de encierro obligado. Los dueños han aprendido a engañar al tiempo paseando a sus perros.
Suenan las casas llenas, las noticias, los contagios, los muertos, aglomeraciones, insípida ignorancia. Suenan los silencios que no deberían de sonar, suena la desobediencia, la riña, la ineptitud que no se adapta a un tiempo transitorio de crisis. El ruido está en nuestras cabezas. Todo va a ir bien.
A las ocho de la tarde, gratitud en los balcones. El ser humano, extraordinario, canta a sus vecinos, sonríe por primera vez a cualquier otro ser humano extraordinario.
Ayer muy temprano bajé a la calle a por fruta y los escasos desconocidos que nos cruzamos, dejamos de serlo, porque todo va a ir bien, de nuevo.
Ara y Violeta, mis amigas. 15 de marzo 2020 |
Pintan porque tiene que pintar. No podría ser de otro modo que pintando.
Ahora mismo, Ara y Violeta cuelgan su bandera en la ventana de su casa, de su pequeño pueblo de Extremadura. En los balcones aplausos que nos unen. Me emociono. Todo va a ir bien.
No saben realmente qué está pasando, pero han decidido pintarlo. Solo pintar y sonreir. Agradecidos.
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