martes, 9 de noviembre de 2021

Mamá

Eva ha subido esta foto a instagram, mamá. Estoy segura de que no habrías tardado mucho en sentir curiosidad por esa red social y unirla con tu uso del facebook.

Anoche ya me acosté jodida porque tu recuerdo inundó sin piedad mi corazón y mi alma. Al ver la foto hace un instante, he arrancado a llorar. Me he sentado frente al ordenador para en este quinto mes de tu muerte acercarte mis palabras una vez más. 

Me he comprado por fin la casa, mamá. Es tan grande como imaginamos tu y yo, tan grande como hemos imaginado todos. Tiene un patio en el que habríamos tomado el sol, el café, los pasteles troceados, la paella y los secretos en voz baja sobre esta vida, que todavía sigue siendo puta, porque no estás.

Y sigo adelante, reconozco que a veces sin fuerza porque me falta el aire. Echo de menos instantes que nunca pensé que hubiesen anidado en mi memoria: gestos, palabras, sonidos, ruidos. Qué tonta soy, mamá, todavía hago el intento de coger el teléfono y llamarte.

Aprietas la mano de mi hija en la foto, con la fuerza que apretaste la vida: sin queja. Sin esa queja eterna a la que el resto estamos atados. Gracias.

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