viernes, 9 de diciembre de 2022

Mi madre murió hace un año y medio (brindo por ella)

 

He besado a mi madre infinitas veces mientras vivía, no recuerdo ni un día en el que no lo hiciera cuando estaba a mi lado.
Hoy confieso que también la besé infinitas veces mientras estaba muerta. La besé hasta que me echaron y entonces, querida madre, tuve que guardarme tus besos. Tuve que guardarme mis besos, también.
Ha llegado el momento de batirme con el dolor que siempre me ha estado mirando la nuca, desde hace año y medio. Me he dado la vuelta y no he sentido nada. He escuchado mi llanto otra vez y he sentido vergüenza, porque no soy capaz de dejar de llorar.

Besé a mi madre muerta.

Hablé muy bajito en su oído derecho, sabía que cuando uno muere se agudizan los sentidos y por eso repetí como un mantra: te quiero madre, te quiero madre, buen viaje. No lloré a su lado, no se murió sabiendo de mi tristeza, solo sintió mis besos por su cara  y mis palabras. Agarré su mano herida de hematomas y hablé con ella como siempre. Recuerdo que estaba a punto de salir mi primer libro, era una sorpresa que tuve que desvelar, porque tenía que marcharse, y estoy segura de que se emocionó conmigo. 

No sé si será cierto que cuando vas a morir toda tu vida pasa por delante, mientras mi madre moría nos atravesó a modo de estrella fugaz toda la vida con ella.

He dicho a mi madre infinitas veces que la quiero mientras vivía, también se lo dije infinitas veces mientras moría.


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