martes, 9 de enero de 2024

15 metros cuadrados de hospital.


Estoy conviviendo en aproximadamente 15 metros cuadrados de hospital. Hay un sillón verde, un potro de tortura que maltrata cada parte de mi esqueleto. Quizá la silla eléctrica se asemeje más confortable en estos malditos días de invierno, de esperas y hospitales.

15 metros cuadrados, camas manuales que rematan en mi dolorido cuerpo, lo que el sillón verde no pudo hacer.

15 metros cuadrados en los que juego a adivinar las horas que no pasan, los sonidos de máquinas, aerosoles y en que habitación se lamenta el enfermo o muere. 

Lo imposible es que pases por aquí y nadie muera.

15 metros cuadrados para escuchar historias que no me importan, que han dejado de estremecerme, porque en estos 15 metros cuadrados te vuelves indolente.

Y como no puedes dormir, los fantasmas vienen y te van jodiendo la noche. En 15 metros cuadrados es inapropiado lidiar con los recuerdos que vienen a destrozarte.

Deseo salir fuera, al frío. Salir de estos 15 metros cuadrados de invierno. Quise decir, quizá, de infierno. No lo sé.

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