martes, 1 de agosto de 2023

Enjambre de rojos o cómo opinar de política sin tener mucha idea.

Ayer al incorporarme al devenir y al trasiego del mundo, tras mi rato de relax después de comer, me encontré varios mensajes en mi wasap llenos de asombro y preocupación política. Para mi prima, el país ha votado inexplicablemente al PP y le ha dado 136 escaños y me dice que siente miedo, que las políticas que están desarrollando junto a Vox son peligrosas, que hay comunidades y ayuntamientos aprobando leyes y ordenanzas contra colectivos que ya habían conquistado por fin sus derechos más fundamentales. Hace unos días también, me divertía mucho escuchar, públicamente, de otro amigo que no comprendía cómo alguien puede votar al PP. Me pareció una afirmación tan obvia como fascinante. Yo misma, amante de la buena oratoria, no me explico cómo alguien puede sentirse atraído por discursos que se ríen de la gramática, la retórica griega y el amor por la palabra bien dicha. También tengo otro amigo que me aclaró esta cuestión: Creo que a los gañanes no les gusta escuchar a alguien formado, se sienten incómodos. 

Los grupos a los que pertenezco, como han podido adivinar son un enjambre de rojos, me gusta rodearme de gente con criterio.

Hace poco averigüé que existen los enjambres de cangrejos rojos, especie abundante en la Baja California. Su peculiaridad es que viven en una zona de hipoxia o bajo nivel de oxígeno. Parece ser que estas aguas con bajo nivel de oxígeno, proporcionan al cangrejo rojo un refugio contra los depredadores. En general viven en ríos, marismas y charcas. En general sobreviven a períodos de desecación, de sequías, de cambios y lo hacen enterrados en los agujeros que excavan en la tierra como refugio.

En un arranque de sacar una crítica constructiva -mi rama nietzscheana no me abandona nunca-, de todo este asunto y divertirme una vez más opinando (recuerden que no practico la verdad absoluta), pensé que a diferencia de los cangrejos rojos, los rojos con los que yo convivo no crean enjambres, no se enfrentan a los cambios juntos, no sobreviven en grupo a los períodos de desecación y por eso mueren antes. La izquierda de este país se empeña en permanecer dividida, para después forzar acuerdos o pactos y reforzar, no traspasar, burlar o borrar las líneas rojas, para finalmente no garantizar nada

Perdonen mi atrevimiento, pero los que me conocen, saben que solo soy una aficionada a estos menesteres políticos y a los cangrejos y que mi análisis siempre es muy básico, porque las profundidades de estos asuntos se me escapan fácilmente. Quizá sea por la falta de oxígeno.

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