domingo, 24 de diciembre de 2023

Queridos reyes magos....

He pedido a los reyes magos que por favor no hagan realidad mis sueños. Si así fuera, la noche de reyes, sólo podría llorar. 
Esta mañana me he sentado frente al papel en blanco y he cogido el sobre en el que está impreso: Para los reyes magos. Oriente.
Todos sabemos que no hace falta poner remitente, porque siempre saben dónde encontrarnos y aunque he cambiado de domicilio, siempre llegan. Este año, también llegarán.
Me gustan los libros que deciden traerme cada año, paños de cocina, toallas, bragas, viajes y pijamas. Pido que solo hagan realidad mis deseos más pequeños, porque los grandes e intensos serían peligrosos.
Queridos reyes magos: quiero que no hagáis realidad mi sueño de tener un apartamento en la playa porque no podría hacer frente a los gastos que genera, en estos momentos. Que no permitáis que muera entre terribles sufrimientos toda la gente tóxica que hay en el mundo a la que he deseado la muerte, por esa manía que tienen de proporcionar dolor a hermosas personas. No me regaléis una noche de sexo bestial con Vin Diesel, no podría sobreponerme a tanta excitación y no podría soportar perderlo después. No, tampoco sexo en grupo, ni todas las relaciones intempestivas con las que he soñado. Se que tenéis más cabeza que esta pobre filósofa y no haréis realidad mi deseo de dar un paso atrás en la historia para remediar los grandes errores de la humanidad y si, ya sé que hay que aceptar las cosas tal y como suceden. Exijo también que mi deseo de tolerancia no sea escuchado, porque corremos el peligro de tolerar demasiado, de tolerar lo intolerable y morir tolerando. Quizá vendría mejor un diccionario actualizado para comprender términos que no son bien utilizados, antes de pedir deseos. 
No hagáis realidad mis miedos a no saber distinguir la verdad y equivocarme más veces. No dejéis que tome la justicia por mi mano, porque tengo las manos demasiado pequeñas, el corazón demasiado expuesto y la mirada amable, para ser justa y cometería errores. No hagáis realidad mi sueño de ser feliz, porque acabaría con la felicidad de los demás y eso es indecente. No sería lícito tener salud porque solo lo he deseado en mis sueños, ni el amor incondicional, ni la poligamia, ni la transparencia y la sinceridad, ni tener dinero para construir vidas decentes a los abandonados. 
Por cierto, lo de saltar por un acantilado y morir volando hasta aterrizar sobre el mar, lo dejo a vuestra elección.
Queridos reyes magos:
Mejor no me dejéis soñar, para no tener que obligarme a olvidar cuando despierto.

martes, 7 de noviembre de 2023

Mi testamento

 


Me pasa un poco como a Silvio Rodríguez y para que la muerte no me pille sin haber pensado en ella, haré mi testamento, para repartir lo que me falta. 

No le debo nada a la vida y por ende, nada a la muerte. Me sobrará casi todo el equipaje de mano que llevo sobre mi cuerpo, me sobrará hasta mi cuerpo y por eso no quiero ser enterrada, sino arrojada y esparcida. Que recoja el viento todo lo que he ido acumulando. Que alguien se lleve mi poblada y vertiginosa biblioteca. Lamentaré olvidar todos aquellos libros que leí, porque me habrán proporcionado, hasta ese momento, instantes muy placenteros. Que el sol derrita mis relatos, los que escribí y regalé con la pasión de la que soy poseedora y los que sé que nunca escribiré, porque al final la vida no es tan larga como aparenta. Que se lleve el aire, el que habré respirado hasta entonces, mis palabras y mis opiniones, porque no me habrán servido de mucho. Que desaparezca mi aliento, mi alma, mi espíritu, mi filosofía de vida, si es que alguna vez hubo rastro de ella en todo lo que hice. Que las olas del mar, las que rompan contra los acantilados, se lleven mi recuerdo, porque nunca he anhelado ser recordada. Que los ruidos estridentes que hayan ensombrecido algún momento de mi vida se vayan conmigo, para asfixiarlos y que no puedan hacer sombra a los que amo. 

Sólo quiero que se quede mi amor infinito, ellos sabrán quienes son, porque los habré querido sin condiciones y los habré querido siempre hasta mi muerte. 

lunes, 11 de septiembre de 2023

Me duele

Decía Epicuro que el dolor existe y que es fuente de infelicidad. Para el filósofo hedonista, el dolor era su condición permanente, tanto por el dolor físico de su cuerpo como por la turbación de su alma. Me inclino ante el filósofo y su Jardín, lugar de acogida para esclavos, mujeres y prostitutas con derecho natural para filosofar. Admiro su incansable búsqueda de la felicidad, su racionalidad para mantener a raya los placeres materiales y liberar por encima de todo sufrimiento los espirituales.
Siento dolor. Siento dolor en mis huesos y en mi alma. En los últimos meses, solo hay dolor. En los últimos días, sólo sé sentir dolor. Me duelen los subversivos desinformados, me duelen los que han muerto sin motivo -si es que existe algún motivo para morir-, me duelen los que comparten su vida y sus sufrimientos conmigo en un afán de volatilizar su dolor. Me duele no saber y que otros digan que lo saben todo, sin saber. Me duelen los manipuladores de almas, los creyentes engañados con un paraíso celestial, los padres atormentados que no aprendieron nunca el idioma de sus hijos, los hijos adormecidos y acríticos por carencia de referencias. Me duele el sol y la lluvia a destiempo que nos amenaza, los silencios incómodos porque los cómodos siempre son bienvenidos. Me duelen los que me odian, los que me quieren y a los que soy indiferente. Me duele que te hayas muerto sin saber por qué morías, sin pensar que morirías ahora, sin dejar que los demás tuviésemos tiempo de comprender esa muerte, la que Epicuro dice que no duele. Me duele que no me llames, que no me escribas, que yo me olvide de escribirte a ti. Me duele que discutamos por nada y por algunas cosas que se podrían no discutir. Me duele tu adolescencia, la que adolece de todos los encantos y rebeldías necesarias para sobrevivir. Me duele la libertad cuando no existe, cuando los que viven por encima de ella sin comprender, la manosean y la escupen a la cara.  
Me duele la vida, la que vivo y la que mato a cada instante cuando no sé vivir.

martes, 1 de agosto de 2023

Enjambre de rojos o cómo opinar de política sin tener mucha idea.

Ayer al incorporarme al devenir y al trasiego del mundo, tras mi rato de relax después de comer, me encontré varios mensajes en mi wasap llenos de asombro y preocupación política. Para mi prima, el país ha votado inexplicablemente al PP y le ha dado 136 escaños y me dice que siente miedo, que las políticas que están desarrollando junto a Vox son peligrosas, que hay comunidades y ayuntamientos aprobando leyes y ordenanzas contra colectivos que ya habían conquistado por fin sus derechos más fundamentales. Hace unos días también, me divertía mucho escuchar, públicamente, de otro amigo que no comprendía cómo alguien puede votar al PP. Me pareció una afirmación tan obvia como fascinante. Yo misma, amante de la buena oratoria, no me explico cómo alguien puede sentirse atraído por discursos que se ríen de la gramática, la retórica griega y el amor por la palabra bien dicha. También tengo otro amigo que me aclaró esta cuestión: Creo que a los gañanes no les gusta escuchar a alguien formado, se sienten incómodos. 

Los grupos a los que pertenezco, como han podido adivinar son un enjambre de rojos, me gusta rodearme de gente con criterio.

Hace poco averigüé que existen los enjambres de cangrejos rojos, especie abundante en la Baja California. Su peculiaridad es que viven en una zona de hipoxia o bajo nivel de oxígeno. Parece ser que estas aguas con bajo nivel de oxígeno, proporcionan al cangrejo rojo un refugio contra los depredadores. En general viven en ríos, marismas y charcas. En general sobreviven a períodos de desecación, de sequías, de cambios y lo hacen enterrados en los agujeros que excavan en la tierra como refugio.

En un arranque de sacar una crítica constructiva -mi rama nietzscheana no me abandona nunca-, de todo este asunto y divertirme una vez más opinando (recuerden que no practico la verdad absoluta), pensé que a diferencia de los cangrejos rojos, los rojos con los que yo convivo no crean enjambres, no se enfrentan a los cambios juntos, no sobreviven en grupo a los períodos de desecación y por eso mueren antes. La izquierda de este país se empeña en permanecer dividida, para después forzar acuerdos o pactos y reforzar, no traspasar, burlar o borrar las líneas rojas, para finalmente no garantizar nada

Perdonen mi atrevimiento, pero los que me conocen, saben que solo soy una aficionada a estos menesteres políticos y a los cangrejos y que mi análisis siempre es muy básico, porque las profundidades de estos asuntos se me escapan fácilmente. Quizá sea por la falta de oxígeno.

sábado, 22 de julio de 2023

Ciudadana o Idiota: La historia me dice al oído que votar es mi obligación.

He hecho mi campaña personal. Algo tenía que hacer.
Hoy tengo que confesar que estoy preocupada. Estos días he estado escuchando debates electorales, mítines, entrevistas, promesas y quejas políticas hasta la extenuación. Siempre he afirmado que cuando alguien necesita criticar y destruir a otros, para hacer más valiosas sus propuestas, se llama populismo (Tendencia política que dice defender los intereses y aspiraciones del pueblo), se llama no tengo proyecto (Planificación que consiste en un conjunto de objetivos que se encuentran interrelacionados y coordinados), se llama incapacidad para luchar (Trabajar con mucho esfuerzo para vencer un obstáculo y conseguir un fin ), se llama como no creo en mis ideas ( representación mental que surge a partir de un razonamiento), voy a criticar las de los demás. Y a medida que analizo todos esos conceptos sobre los que gira no solo la vida, sino la política, más preocupada estoy.

Tengo que confesar que, hoy 22 de julio, a menos de 24 horas para meter mi papeleta en la urna, tengo miedo. Ayer mi hija de 17 años también me dijo que tenía miedo. La miro a ella y las libertades conseguidas y cómo no tenerlo.

No me gusta VOX, no me gusta Abascal: ¿Qué es una mujer?, ¿una mujer es un hombre que se percibe como como mujer? (Pero no ha preguntado qué es un hombre), ¿Cuántas denuncias de violencia machista son ciertas?, hay entrada masiva de inmigrantes, no podemos ir a las escuelas y hablar a los niños de cosas que no preguntan como los trans, homosexualidad...

Entrenados para decir que todo lo que dice el Otro es mentira. Pero por encima de todo, no me gusta Abascal.

No me gusta el PP, no me gusta Feijóo... ¿Dónde está Feijóo? No conozco a Feijóo: No verá a un cristiano matar en nombre de su religión. Y por eso le pido a esos carteros con independencia de sus jefes que repartan todo el voto antes de que acabe el plazo. Si no le pagan las horas extra, en el primer Consejo de Ministros le pagaré las horas a todos los carteros de España por cumplir con su deber. La violencia machista es una obviedad ( El término obviedad suele usarse para nombrar algo elemental e innegable)... 

Entrenados para pactar con cualquiera que le haga el juego necesario. Pero por encima de todo no me gusta Feijóo.

Del resto me remito a la primera parte de mi reflexión: Populismo sin control. También me preocupan, pero son menos peligrosos. 

Y en el ejercicio de la libertad de expresión conseguida, a fuerza de mordazas, he hecho mi propia campaña pidiendo un voto meditado, pidiendo que no se queden en casa, que no sean silenciosos. Que cuando metan su voto en la urna, tengan hecho el ejercicio de reflexión que este acto merece y nada más. Y disculpen las molestias, pero algo tenía que hacer...llámenme loca ( Si me conocieran dirían aún más cosas de mi)



domingo, 16 de julio de 2023

¿Ganarían las elecciones el Capitán América y Mortadelo?


El Capitán América, como candidato a la presidencia del gobierno, habría basado su programa electoral, en valores pasados de moda: honor, integridad y coraje. Valores que se necesitaban a mediados del siglo XX y que ahora parece que suenan rancios.
El Capitán América, representa a un hombre valiente, no el más fuerte ni el más listo, parece representar a un hombre que tiene el corazón en su sitio y toma las decisiones más acertadas para contribuir a la protección de un mundo, que debería de ser cada vez más libre.
Su escudo es símbolo de justicia y patriotismo. Justicia como equilibrio entre todos los seres humanos que pueblan este planeta, este mundo, este país. Patriotismo como amor a la patria, sin banderas, sin ideologías, como la búsqueda del Bien Común aristotélico o la unión, sin fisuras partidistas, de los habitantes y su país.
Se han atrevido a llegar hasta mi puerta todos estos panfletos, en los que leo lo mismo: Yo acuso a otros de su ineptitud, de su falta de gestión, del diálogo inexistente, de la división y la pobreza de mi país, de la radicalidad, de que no han cuidado el bienestar de las familias, ni de los trabajadores. Yo prometo que haré las cosas de otra manera, que habrá ley y orden, que honestamente lo haré mejor que otros o que antes, que las mujeres dejarán de morir gratis, que apostaré por energías renovables y medioambiente y además uniré, sumaré, avanzaré o trabajaré para la unión de todos los ciudadanos sin distinciones. 
Ibáñez, podría haber dibujado para la ocasión a un Mortadelo disfrazado de Capitán América, que con esa torpeza y sucesos encadenados que le caracterizan, lucharía por un mundo que seguramente habría acabado explotando con una buen carga de TNT. 
Y entonces, queridos ciudadanos, ni urnas, ni votos, ni banderas, solo BOOM y el final.
Y después todos corriendo tras Mortadelo, para dar caza a alguien que se responsabilice de tanto desastre.

(Me he permitido la osadía de dibujar a Mortadelo disfrazado de Capitán América. Va por ti, Ibáñez, siempre agradecida por ese tiempo que nunca perdí con tus comics)





 

jueves, 16 de marzo de 2023

"Fui a los bosques porque deseaba vivir deliberadamente...."

Asisto desde hace tiempo al espectáculo de la vida. Decidí sentarme en la primera fila para disfrutar sin interrupciones ni sombras de todo y no perderme los trucos de magia que pudiesen confundirme. 

He visto el declive de la humanidad, reflejado en las caras de malabaristas y payasos incansables que hacen retumbar sus bocinas para crisparme los oídos. He visto que ya se mezcla la normalidad con la inmoralidad, lo común con lo irracional, lo surrealista y la estupidez humana.

Unas veces, detesto a gran parte de los seres humanos con los que convivo; otras siento compasión por su falta de principios y esa ignorancia tan atrevida que resulta cómica. Inexplicablemente casi todo el mundo se esconde, baja la cabeza, deja que otros se erijan en tutores y verdugos de sus acciones y sus palabras.

Nunca aprendí a cortar cabezas, por eso les dejo que sigan existiendo. Cada uno, cuando llegue el momento, verá rodar la suya, cayendo de la guillotina que han construido con su necedad. Me pido cortar la mía si fuera necesario, porque también soy imperfecta, aunque nunca dejé de ser humana.

Asisto en los últimos días al circo de la vulgaridad, el insulto y el desasosiego espiritual. Sigo en pie, porque decidí hace tiempo no ponerme de rodillas. Y además, hay muchos que siguen en pie conmigo.