lunes, 29 de febrero de 2016

Hay muchas formas de ser valientes

Hay muchas formas de ser valientes y lo que importa en definitiva es serlo. Ando estos días defendiendo ante mis alumnos/as de bachillerato la necesidad de no ser borregos atrapados voluntariamente en un redil y guiados voluntariamente por un tutor. Aparezco cada mañana dispuesta a contagiarlos como una loca del placer de la rebeldía, del esfuerzo, de la lucha permanente por salir de la mediocridad. Hoy les puse rock para gritarles a través de Marea que no traguen ruedas de molinos, que sean dueños de sus sueños y de sus caminos. Hoy les puse también "la internacional", les enseñé imágenes de la lucha obrera y de la opresión. Creo que poco a poco voy consiguiendo una buena pandilla de adolescentes que no tienen pereza ni cobardía y que serán capaces de dar el salto a la bendita mayoría de edad. Aplaudo a los que escuchan y sienten, a los que les llegan las palabras. Al final no es sólo pienso luego existo, sino siento luego existo también.
Hay muchas formas de ser valientes. Hoy quiero rendirme también con absoluta admiración ante mi marido que después de dieciocho años en una empresa se ha lanzado al vacío sin temor, "con dos cojones" y se va a trabajar a otro sitio en el que estoy completamente convencida de que sabrán saborear, disfrutar y  apreciar el valor de su trabajo. Siempre he sentido envidia de su decisión, de lo fácil que es saber lo que quieres, de lo importante que es hacer bien las cosas porque sabes hacerlas bien. Suerte amor