jueves, 7 de marzo de 2019

8 de Marzo

Ayer hablaba con un amigo sobre lo razonable de hacer huelga o no hacerla, hoy día 8 de marzo y llegamos a la conclusión de que lo razonable, al fin y al cabo, era que cada una sepa el motivo por el que la hace o no.
Elisa, mi madre
Yo no hago huelga ningún 8 de marzo, elegí la opción de celebrar ese día, con  más intensidad si cabe, el poder tener un trabajo, como mujer, al que ir cada día. Un trabajo en el que no me discriminan, en el que tengo un sueldo justo y equiparado a cualquier hombre, un trabajo donde ser mujer o no pasa desapercibido. Elegí la opción de enseñar ese día a mis alumnos, con más pasión incluso, por qué somos iguales. Contarles que mi madre no pudo estudiar porque era mujer y le habría encantado ser maestra. Que sepan que las mujeres no eran como ahora, que no salían solas, que no iban a los bares ni al cine solas, que no paseaban solas y que casi no se les permitía ser mujeres.
Judit y Patricia
Hemos conseguido grandes cosas y reconozco que este día especialmente me gusta recordarlas y recordárselas a todo aquel que me pregunta por qué no hago huelga. 
Mi no huelga es por las mujeres que a día de hoy conseguirán llegar a donde quieran. Mi no huelga es también de veneración, por mi madre y por todas las mujeres del mundo que hoy no son lo que soñaron ser porque la historia no se lo permitió. 
Va por ellas señores.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Desobediencia civil

¿Se puede desobedecer la ley cuando en conciencia se considera que es injusta? 
Perdonen que me esté descojonando, de tanta pantomima política, mientras escribo esta entrada.
En veintimuchos años al frente de la educación, pueden suponer que he sobrevivido estóicamente a todas las fantasmales leyes educativas. A este buenquehacer que es aprender a tener un pensamiento crítico para poder simplemente vivir, lo han llamado de todo (menos puta): ética, ética y ciudadanía, educación para la ciudadanía, filosofía y ciudadanía, valores éticos, educación para los derechos humanos.... Han programado y desprogramado contenidos al antojo de cualquier "experto en la materia", criterios mínimos, estándares de aprendizaje...y han creado leyes. 
Culpable: he desobedecido. 
He rellenado papeles amablemente para cubrir las exigencias institucionales (papeles que nadie lee y viven amontonados), pero he seguido enseñando y educando a mis chicos en el uso del diálogo, de la escucha, del pensamiento crítico, del trabajo cooperativo, la tolerancia, la igualdad,  la gestión de sus emociones, la justicia, los valores necesarios para conocer y conocerse, lo importante para que no te coman en medio de cualquier selva. 
Ahora vuelven a la carga, ¿valores cívicos?, ¿en serio?. Eso sumado a la propuesta, de algún partido iluminado, para crear una asignatura troncal que se llame "feminismo liberal" me ha cortado la digestión existencial.
Queridos alumnos, pregunta para pensar:¿Se puede desobedecer la ley cuando en conciencia se considera que es injusta?. Como siempre espero que me sorprendáis con vuestras ingeniosas reflexiones.