domingo, 18 de noviembre de 2018

Vivir sin darte cuenta


Hay días en los que realmente necesitas vivir sin darte cuenta. Hoy es uno de esos días sin más. 

Esta noche he vuelto a sacar el traje de heroína y he paseado por el universo, desgranando cada instante de la vida. He viajado sobre lo absoluto, lo relativo, lo moral,  lo inmoral, lo efímero y lo eterno. He clasificado los acontecimientos y he querido ver de cerca que el tiempo no tiene existencia, para justificar que no puede hacernos daño.
He estado flotando entre el ser y la nada, entre estar y no estar. 
He acariciado algunos granos de esa felicidad que dicen que existe, pero que está en ninguna parte. Me he desposeído de todo lo que tengo y desnuda me he tirado al vacío para ver que se siente: he encontrado solo vacío.
Esta mañana, que paradoja, he buscado a fondo pero no he podido encontrarme a mi misma. Por eso hoy quiero vivir como si no existiera, para descansar del dolor de la existencia.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Palabras y cafés

Hay tantas cosas que no sabemos. Joder, hay tantas cosas que no sé. Hoy me he dado cuenta una vez más, a modo sofista, que el lenguaje es un elemento indispensable para el conflicto, pero también es un instrumento inevitable para conseguir el encuentro fundamental con uno mismo. He estado tomando un café, primero con una alumna luchadora que ha tomado a su corta edad grandes decisiones, porque ha descubierto que estar en esta vida y en este mundo es un extraordinario regalo y que merece la pena el esfuerzo. Más tarde otro café con un alumno que andaba necesitado de tomar café, mientras alguien escuchaba con atención cómo ponía voz a todos los pensamientos que llevaba acumulados y empujaban por salir.
Y en esta agradable sentada que he disfrutado junto a ellos, he descubierto lo difícil que es aceptarnos, asumir los errores y discutirlos para demostrarnos que efectivamente son errores y que no pasa nada. He descubierto que soy bastante inútil para comprenderme, que somos bastante inútiles para comprendernos. Hemos descubierto que nada está decidido, que podemos cambiarlo.
Una alumna valiente que ha decidido que no quiere ser infeliz, que no va a conformarse, que va a sonreír todo lo que sea posible sonreír y que se va a reír a carcajadas de sus idioteces. Un alumno valiente al que esta tarde he visto brillar, satisfecho de haber descubierto que puede cerrar los ojos y descubrirse un poco más.
Agradecida al lenguaje que nos ha permitido hermosos encuentros esta tarde, agradecida al lenguaje que nos ha permitido enormes confusiones y aciertos. Agradecida.

martes, 17 de julio de 2018

Hay sitio para todos



Chaplin en su discurso final, entre muchas cosas, decía que hay sitio para todos, pero que "hemos perdido el rumbo."
Acabo de regresar de mis vacaciones. He estado viajando por el norte y este de España, observando y viviendo. Cada zona con su idiosincrasia particular, a veces no compartible, no se si por ignorancia o por desapego hacia el resto de los seres humanos. He observado en silencio las quejas que se repiten en cualquier parte acerca de lo que siempre molestan los demás. He decidido prestar atención a mis propias quejas también y parar. Por primera vez quizá, no he discutido ociosamente acerca de lo que me contaban, su opinión como ciudadano de un lugar determinado que se siente agredido por la masificación de turistas o inmigrantes o personas que sin más llegaron desde algún sitio (nadie sabe por qué o no quieren saber), no iba a cambiar con un conflicto dialéctico. Y quizá mi opinión tampoco, porque siempre pensé como los estoicos que somos ciudadanos del mundo. Siempre pensé como Chaplin que "la tierra es rica y puede proveer a todos". Y que en el término medio está la virtud y que seguro que no es tan difícil acercarse a ese término medio y hacer del mundo un espacio de todos, respetable, justo y amable. Para eso tenemos que darnos cuenta de que "pensamos demasiado y sentimos muy poco" y que la inteligencia no sirve de nada si no hay humanidad.
Quiero decir que gracias a la observación silenciosa también he podido darme cuenta de que hay muchas personas amables, sonrientes, que hacen todo lo que pueden e incluso lo que no pueden por los demás. Seres fantásticos que siempre han estado en el camino y que me ha costado escuchar, que hacen lo que pueden desde su sitio y que dejan también hacer a los demás sin conflictos, sin valoraciones. De estos últimos seres quiero formar parte, sin lugar a dudas.

viernes, 4 de mayo de 2018

Educación y manada

Decía Pitágoras que "si educamos al niño no será necesario educar al hombre".
Decía Aristóteles que "si educamos a los hombres no serán necesarias las cárceles"
¿Y entonces los violentos dejarían de ser violentos?. ¿Desaparecerían violadores, acosadores, mentirosos, ladrones y asesinos?. ¿El ser humano ya no justificaría las injusticias que comete? o ¿ya no habría injusticias?
Si educamos al ser humano y lo educamos bien, es decir, en la comprensión de sus actos. Si lo educamos en el cuestionamiento de sus ideales, normalmente ficticios o alienantes. Si lo educamos en que la ignorancia no da la felicidad y que no es mejor el que más cree que sabe. Si le educamos en la escucha activa y el diálogo y no en dogmas ni leyes. Si lo educamos en que es posible ponerse en el lugar de otro y simplemente quedarse ahí, con el otro.  Si les mostramos que la pérdida de libertad no sólo está en las cárceles y que cada uno puede crear su propio infierno. 
Si nos hubiésemos acercado a los niños desde el principio y hubiésemos educado a los hombres, si les hubiésemos enseñado a mirar el mundo de verdad, con el respeto que merece la vida....
Si nos acercamos un poco a todo esto, quizá mañana no hablemos ni de manadas de hombres que atacan a sus iguales. ni de iguales que tengan que defenderse de manadas de hombres.

martes, 17 de abril de 2018

¿La verdad?

Siempre perdiendo el tiempo. Cuando el poder llega la dignidad y la honestidad desaparecen. Incluso desaparece la verdad. Los detenidos de Alsasua a punto de ir a la cárcel por tomar unas copas de más y faltar a "la autoridad" o al abuso de autoridad. Cifuentes y otros ilustres políticos con adicción a los títulos, descojonándose de risa porque les hemos dado el poder de reír, de engañar, de comprar y vender personas, títulos y libertad. Los pensionistas protestan para mejorar su calidad de vida y sus pensiones, sólo subirán con más retórica que oculte la verdad. El plástico se come el planeta y los datos maquillados y  la mirada del poder hacia otro lado no impedirán que dejemos de respirar. Los pobres se mueren y los ricos se alimentan de la pobreza de los demás. Los estudiantes piden dimisiones, los profesores piden dimisiones, otros partidos piden dimisiones, la sociedad pide dimisiones. Todos exigen dimitir de su responsabilidad, la culpa siempre es de los demás. 
Alétheia para los griegos, desocultamiento del ser, la verdad es "aquello que no está oculto, que es evidente"
Pero ahora la verdad se ha convertido en lo que uno es capaz de creer, tragar y aceptar desde su sillón, por comodidad. La verdad consiste en tu capacidad de ocultar lo que no quieres ver porque es triste. Es mi verdad, Preferimos que siga oculta a tener que implicarnos en cambiar las cosas. Preferimos que no haya verdad, porque a veces es necesario "salir a tomar el aire y desconectar para poder seguir"(como me decía mi amiga Patricia hace un momento). ¿Se puede desconectar de la verdad? y si así fuera, ¿para qué?.

jueves, 12 de abril de 2018

Mi amigo Santi

Mi amigo Santi, me dice que no sabe todavía que va a hacer en el futuro. El estudia segundo curso de magisterio y piensa demasiado. Santi reconoce abiertamente que pensar tanto en el futuro le supone un problema, se pierde otras cosas que forman parte del instante. "No sé que será de mi, Carmen". La cuestión es: ¿tiene demasiado tiempo para pensar o utiliza (malgasta) demasiado tiempo para pensar?. Pero ¿hay una cantidad de tiempo adecuada o establecida que debamos dedicar a pensar?, ¿hay algún tipo de pensamiento más adecuado que otro al que dedicar nuestro tiempo?. ¿Pensar nos hace más listos o más idiotas?, ¿nos hace más libres?, ¿mejores personas? o solo nos hace PENSADORES. 
San Agustín a la pregunta de qué es el tiempo, decía: " si nadie me lo pregunta lo se, pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé". Sartre decía que el tiempo no existe: el pasado ya no está, el presente se fue y el futuro todavía no llegó. El presente se reduce a un ser entre dos nadas. ¿Qué tiempo estás dispuesto a utilizar en tus pensamientos querido amigo? 
Te he aconsejado que dejes de usar el tiempo en cosas que solo te llevan a planear, que dejes de pensar cosas improductivas, de rumiar tanto. Él, preocupado, me dice que tiene demasiado tiempo para pensar y que entonces tendrá que comprarse más libros; ¿para qué Santi?, ¿para pensar? o ¿para tener menos tiempo?
Y es que a mi querido Santi le gustan muchas cosas, es el momento de que así sea y si yo le viese absolutamente acomodado en unos planes de futuro ya pensados y decididos, empezaría a preocuparme. Pero le veo que inagotable se cuestiona su vida, sus estudios, sus intereses, sus amigos, sus emociones y su talento. Y me bombardea con sus dudas, sus inquietudes y la filosofía de esa vida que está intentando vivir. Yo sólo puedo seguir a tu lado y acompañarte, pero el camino es todo tuyo, no pierdas detalle.

martes, 13 de marzo de 2018

Soy una mujer


Concepción Arenal tuvo que vestirse de hombre para asistir a la universidad, porque el acceso a las mujeres estaba vedado. El 8 de marzo miles de mujeres universitarias decidieron no ocupar sus asientos en la universidad.
Emília Pardo Bazán no entró en la Real Academia Española porque "no había sitio para señoras".
Carmen de Burgos escribió para dar voz al derecho de igualdad de la mujer, derecho al trabajo y a la educación.
129 mujeres murieron quemadas en una fábrica por defender su derecho al trabajo digno. El 8 de marzo miles de mujeres faltaron a su trabajo y a su deber de mejorar la educación.
Clara Campoamor defendió como abogada los derechos de las mujeres, el derecho al voto, a la no discriminación e igualdad jurídica de los hijos dentro del matrimonio. Exiliada.
Yo no fui a esa huelga que decidió que las mujeres abandonaran todos esos espacios  que otras grandes mujeres habían conseguido para nosotras. Estuve en clase con mis alumnos y alumnas hablando de mujeres, de las invisibles, de las que casi nadie conoce porque los libros de texto han decidido exiliarlas también. Estuve en mi lugar de trabajo homenajeando la libertad conseguida y haciendo comprender a mis alumnos toda la lucha, las libertades y derechos que aún quedan por conseguir.
No soy amiga de celebraciones de días especiales, los que me conocen lo saben y a veces lo critican. Soy amiga de celebraciones permanentes, porque quién puede vivir sin luchar cada día contra el maltrato, la contaminación, la discriminación, la desigualdad, la mala educación, las leyes injustas, la paz...??
Soy una mujer de lucha diaria, Soy una mujer. Soy


domingo, 11 de marzo de 2018

Siempre preguntando

El viernes pregunté a mis alumnos de segundo de bachillerato qué se llevan, ahora que el curso está a punto de terminar y se marchan del instituto. Les pregunté si lo que se llevan les servirá para vivir. Les seguí preguntando, si les hemos dado las herramientas necesarias para ser funcionales en su vida de adultos, si hemos conseguido "amueblar sus cabezas" con las destrezas necesarias para resolver lo que vaya surgiendo a medida que se alejan de nosotros y se acercan a otro entorno más complejo. Insistí en averiguar si nos hemos esforzado lo suficiente por ayudarles a gestionar sus emociones, sus sentimientos, si hemos sabido descubrir sus talentos y acercarles al éxito de su existencia. Quise saber si les hemos transmitido la importancia real de ser generosos y no combativos aunque encuentren una selva en los próximos años y tengan que luchar. 
Me respondieron que se llevan poco de lo importante y mucho de lo que van a olvidar enseguida. Me hablaron demasiado de contenidos y conceptos, exámenes, operaciones matemáticas, prohibiciones, castigos y presión académica. Hablaron poco de satisfacción personal, de sentirse realizados en plenitud, de haber sido escuchados lo suficiente, de motivación y emoción. 
En estos días voy a seguir preguntando, he confirmado el sinsabor que me persigue y me impide dejar de preguntar. Sé que se llevan más cosas de las que ellos creen. Pero sé que se llevan muchas menos cosas de las que deberían. 

sábado, 24 de febrero de 2018

El placer de estar.

Tengo el ordenador sobre mis piernas, el poco sol que queda a esta hora me está calentando.  El cristal de la ventana acumula los restos de polvo, lluvia y pelusas. a las que con un trapo no puedo acceder porque tendría que desmontar la ventana. De fondo la televisión con un ruido infernal, probablemente alguna película de guerra que estará viendo mi marido. La estela de un avión en el cielo que mágicamente atraviesa las nubes, mientras ondea una pequeña bandera de España en el balcón de enfrente (un resto de solidaridad o patriotismo). Hay un pájaro en una jaula que no canta y al menos siete nidos de golondrinas que no paran de sonar. Pasan pocos coches, la calle es solitaria. Veo a poca gente, ahora suena una conversación inapreciable desde la tercera planta en la que vivo. Vibra el móvil, aprieto las teclas del ordenador y presto atención para pulsar con la presión adecuada y no saltarme ninguna letra y no dejar de construir ninguna palabra. Una chica despeinada espera en el portal a que su perro haga pis, después cierra. No veo ni oigo nada más, el resto si lo deseo puedo imaginarlo, pero no será real. Puedo suponer que tras las ventanas y balcones que tengo a mi vista hay más personas viendo sus teles infernales o románticas, jugando a las cartas, leyendo e incluso imaginando qué estaré escribiendo en mi portátil, suponiendo que alguien también esté mirando hacia mi ventana. Puedo dejar de pensar y solo estar, para no permitir que dirijan siempre mi tiempo esos pensamientos inagotables, que Descartes afirmó que eran la causa de la existencia. Puedo solo existir, atenta, consciente, observadora, sin juicios. Solo estar, en este instante, conmigo, comprendiendo que solo hay esto. 

miércoles, 21 de febrero de 2018

Una entrevista para encontrarme

¿Por qué la filosofía?, ¿por qué te levantas cada mañana?, ¿cuáles son tus pasiones?, ¿alguna vez tocaste fondo y por qué?, ¿qué filosofía de vida tiene una filósofa? o ¿por qué estás trabajando dentro de un sistema educativo que no te gusta como funciona?. Son solo unas cuantas de las muchas preguntas que mis chicos me han regalado hoy. Han decidido curiosear en mis emociones dulcemente y yo me he dejado acariciar, dejando que todo lo recogido a lo largo de mi vida fluyera para ser compartido. Ellos siempre se prestan a expresar lo que sienten, lo que piensan, lo que sufren, lo que esperan de la vida y del más allá. Yo les bombardeo y les provoco a preguntas y reflexiones. Hoy he probado mi propia medicina y lo que empezó siendo un momento incómodo frente a mis alumnos/as, se transformó en una entrevista amable a la que fui respondiendo con la pasión e intensidad que forma parte de mi vida. Creo que han comprendido mi caminar, creo que han comprendido que una parte de mi se levanta cada mañana por ellos y porque un día me di cuenta de todo lo que queda por hacer y no quiero perderme nada. Creo que han descubierto que nunca se toca fondo lo suficiente aunque te hayas intoxicado de sufrimiento en algún momento del recorrido, que no hay miedos que no se puedan soportar, que no hay luchas imposibles, que la educación puede mejorar el mundo y que el mundo no necesita que le cambiemos. A partir de hoy sabrán que educar no es un trabajo, es el regalo que recibí de mi razón, de mis sueños, de mi locura permanente por romperlo todo y construir de nuevo. 
Hoy he reafirmado la grandeza de estos chicos deseosos de aprender, de ser mejores, de conquistar un camino que no tenemos derecho a decidir, deseosos de volar en mil direcciones, de escuchar consejos y estupideces. Hoy he aprendido a encontrarme con ellos y en ellos y les quiero decir que estoy agradecida.  

sábado, 6 de enero de 2018

Adiós

No somos necesarios y por eso nos vamos muriendo poco a poco, hasta que nos despedimos del todo. A lo largo del proceso de la vida y de la muerte y a través de rituales,  mientras desenredamos la madeja, nos vamos apeando en los momentos intensos para sentirlos un poco más, para que no se nos escapen. 
He encontrado en esta foto un momento de la historia de esos seres maravillosos que nos acompañan y me he puesto a imaginar. Una tarde de domingo en un pueblo pequeño y sonriente, quizá recién empezado el amor, miradas furtivas e intensas, deseos que se esconden por encima y por debajo de la mesa. El mejor traje para estar a la altura, el vestido más alegre para que haga juego con la felicidad de estos encuentros en tardes de domingo. He leído en esta foto que el tiempo es fugaz, que cuando hay amor puedo vivir y morir a tu lado, que me gustan todos tus defectos y virtudes y que nunca te podrás ir. He intuido que cuando somos dos, somos amantes y amigos todas las tardes de la vida. He aprendido que nunca nos vamos del todo, porque quedarse es más hermoso, más cálido. Quedarse es ir contra el tiempo, por lo tanto me quedo y tú te quedas conmigo.