martes, 27 de septiembre de 2016

Esperando

Los hospitales son lugares intensos. Una aprende entre ruidos y olores lo que es la supervivencia del ser humano. Permanecen sentados con un sufrimiento sincero mientras esperan. En un hospital siempre hay alguien esperando y en el convencimiento de que nadie les mira se transfiguran sus rostros y se arrugan un poco más sus manos y sus corazones, mientras esperan. Y esperan buenos informes a la puerta de sus silencios. Y esperan la muerte de otros y la suya propia. Y esperan a que caiga el café de máquina, la chocolatina y el agua que les da un susto innecesario. Esperan recuperar los besos y abrazos llenos de calor al menos una vez más. Hoy, yo también espero, atenta a recuperar indemne parte de mi pasado y de toda mi historia personal. Hermosas personas que caminan a nuestro lado toda la vida y a las que no nos cansamos nunca de esperar.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Yo no voy a retroceder

La nueva ley de educación y las reválidas, esta tarde, temporalmente, han convertido mi vida educativa y apasionada en un amasijo de sinsabores y tristezas. Mañana empiezan las clases, mañana el reencuentro con mis chicos. Después de los abrazos y los besos ¿qué viene?:  la puñalada desgarradora que arrastrará los principios mantenidos desde que habito en la pública. Si acepto la ley y la sigo estaré maltratando el tiempo de éxtasis filosófico que habitualmente compartimos. Si no la acepto y sigo adelante, me perseguirá la responsabilidad de no haber gestionado bien esa reválida amenazante e indigesta. Si acepto las interminables programaciones estaré hipotecando sus vidas inquietas, mi vida de lucha, las vidas de todos los posibles liberados hasta la eternidad. Si sigo adelante construyendo, inventando, actuando, y creando por encima de los inútiles políticos que están vomitando sus mierdas sobre el sistema educativo español, ¿estaré fallando a mis chicos?,  los que tanto confían en mi y a los que amo. 
En este instante siento ganas de huir, mi actividad como educadora se resiste a retroceder. He peleado mucho, he superado críticas y conflictos sobre mi forma de trabajar y evaluar en varios centros en los que he estado. Aquellos que llevan años haciendo lo de siempre no se asustan ante la llegado de la lomce, seguirán su mediocre vida con más mediocridad y la ventaja de que ahora le ley les aplaudirá, porque embutieron a los chicos en largas letanías de memorización y sin sentido. 
Creo que mañana amaneceré de mi dulce letargo, el auténtico, para sumergirme en lo irreal y lo tedioso de tener que sobrevivir de nuevo a otra reforma. Y pensar e inventar... para no escapar. No rendirme. No a la lomce!! No a la reválida!!. Se inicia un tiempo para recuperar al tábano de Atenas. Por favor ¡¡No!!

jueves, 8 de septiembre de 2016

¿Quién soy?


La intensidad envuelve estos días calurosos de verano. Se asemeja a imágenes perdidas ya en el tiempo y que me trasladan a las también calurosas tardes en las que compartía mi adolescencia y mis pensamientos complicados. Después de un letargo no planeado y marcadamente occidental, ahora experimento con los límites de mi existencia y mi libertad. Intento acercarme a mi yo, en este instante. El "pienso, luego existo" cartesiano me despista, es insatisfactorio para esta pausa de mi vida. Adultera el pensamiento, lo hace irreal, ajeno a mi existencia. Soy lo real, lo que soy ahora. Soy en mi acción permanente. Soy porque existo con otros y en ellos rebota mi existir para ser comprendido y experimentado. Me llamo por mi nombre para encontrarme en algún punto de esta deriva personal, al principio no me reconozco, no me siento reflejada en la llamada, no me identifico con la búsqueda de mi yo. Después soy capaz de ajustar el reflejo de mi rostro y acercarme a lo real. Me observo desde fuera asombrada por el experimento, no soy mi nombre ni su significado, soy yo. No soy mis pensamientos, si me concentro desaparecen al instante o se transforman y descubro que si permito que condicionen mi existencia, dejaría de ser de nuevo, para ser otra. En este darme cuenta silencioso de todo el proceso de mi existencia he decidido aceptar lo que voy encontrando y mostrarme como soy o al menos aproximarme a una muestra de lo que voy comprendiendo de mi misma.