domingo, 16 de febrero de 2020

Cada día que vivimos

The Polers.
Me gusta la gente. Ayer fue un día de mucha gente. Personas diversas, van siempre de la mano construyendo cada día que vivimos. Difícil salir de esa compañía humana, difícil abandonar la necesidad de estar rodeados de seres humanos. No hay silencio. Nunca hay silencio. Hasta la noche escupe ruido sin parar, cuando no sabe si estoy escuchando.
Familia planificando una salida, encuentros intermitentes y hermosos en cualquier tienda de la ciudad, en cualquier calle paseando, a viva voz en cualquier bar. Acabamos cantando, con mucha gente, en un concierto, donde siempre se espera a alguien. Desconocidos que coreamos un mismo ritmo, melancólicos, sudando, sonriendo incansables sin más. Suena Loca de Luz Casal y me emociono. Sale Janes Joplin del torrente de música que esconde mi amiga en su garganta. Estamos todos los necesarios. Algunas historias latentes en las fotos, grabadas en la retina y en el móvil. Detrás de la cámara más gente importante, algún superviviente de su propia tragedia. Siempre quedarán cadáveres por el camino que no podremos recoger. Pero siempre estamos todos.
Músicos en pie de guerra, apasionados, sin miedo. Madres que parieron hijos incombustibles, hijas que tienen padres incansables, amigos que respiran para siempre a tu lado, conocidos sinceros que acompañan tu cerveza y actualizan el paso del tiempo muy despacio. Maridos cálidos y cómplices, instrumentos acoplados, compañeros de viaje siempre.