viernes, 9 de diciembre de 2022

Mi madre murió hace un año y medio (brindo por ella)

 

He besado a mi madre infinitas veces mientras vivía, no recuerdo ni un día en el que no lo hiciera cuando estaba a mi lado.
Hoy confieso que también la besé infinitas veces mientras estaba muerta. La besé hasta que me echaron y entonces, querida madre, tuve que guardarme tus besos. Tuve que guardarme mis besos, también.
Ha llegado el momento de batirme con el dolor que siempre me ha estado mirando la nuca, desde hace año y medio. Me he dado la vuelta y no he sentido nada. He escuchado mi llanto otra vez y he sentido vergüenza, porque no soy capaz de dejar de llorar.

Besé a mi madre muerta.

Hablé muy bajito en su oído derecho, sabía que cuando uno muere se agudizan los sentidos y por eso repetí como un mantra: te quiero madre, te quiero madre, buen viaje. No lloré a su lado, no se murió sabiendo de mi tristeza, solo sintió mis besos por su cara  y mis palabras. Agarré su mano herida de hematomas y hablé con ella como siempre. Recuerdo que estaba a punto de salir mi primer libro, era una sorpresa que tuve que desvelar, porque tenía que marcharse, y estoy segura de que se emocionó conmigo. 

No sé si será cierto que cuando vas a morir toda tu vida pasa por delante, mientras mi madre moría nos atravesó a modo de estrella fugaz toda la vida con ella.

He dicho a mi madre infinitas veces que la quiero mientras vivía, también se lo dije infinitas veces mientras moría.


Cosmopolita habitando en Sagrajas

Siempre que me preguntan de dónde soy, digo que soy cosmopolita. Ser ciudadana que habita en el mundo. me ofrece la posibilidad de no tener que plantearme, ni mi nacionalidad, ni mi gentilicio. No entiendo de fronteras.
En mi periplo, la vida me ha llevado a Sagrajas, lugar inexistente para mí hasta hace algo más de un año.
Habito en Sagrajas, lugar muy pequeño, con casas muy grandes. Hemos sido acogidos con la amabilidad preventiva de no saber quien habitará la casa de Isabel
Vecinos impecables que, sin ni siquiera saber todavía nuestros nombres, nos prestan su luz, su agua, sus herramientas. Nos regalan los productos que salen de sus tierras, huevos, la charla en la entrada de la puerta, en el bar, un perol grande para hacer migas, su amistad y un buen puñado de paciencia mientras tirábamos algunos muros.
Todas las mañanas paseo por sus calles muy temprano, Kira, me acompaña. Estos días, Sagrajas brilla más, la niebla empaña el objetivo de mi cámara, dejando que los colores traspasen lo justo, para dejar el rastro de esas bombillas parpadeantes que sirven de alfombra roja para la llegada de la navidad.
Estos días, sentada frente al ordenador, escribo mis relatos. La ventana de mi biblioteca permite que todo el vecindario entre en mi casa a través de mi mirada observadora, sus quehaceres y las palabras que consigo ir robándole al silencio. 
Aquí siempre hay silencio y por eso las musas y los ruidos han bajado de nuevo a mi cabeza. 
Estos días adornan las calles, comparten bolas, lazos, árboles de navidad y material reciclado. Se suben a los tejados, para no dejar ni un centímetro sin ese espíritu navideño, que reconozco me han contagiado.
He abierto ya muchas de las cajas que he traído hasta aquí cargadas de sueños y se van haciendo realidad cada vez que reformamos un cachito más de estas paredes, de nuestro enorme patio, de nuestra convivencia con gente nueva. Estos días regalan migas, también roscón de reyes y chocolate y nos recuerdan que tenemos que acercarnos, que este espacio que es su pueblo, ya está empezando a ser también un poquito nuestro.
Aquí va mi ofrenda navideña: palabras. 
Antonio, Carmen, Eva y Kira, deseamos que sirvan de agradecimiento a vuestra incondicional acogida.
 

domingo, 27 de noviembre de 2022

Acallar los perros cuando ladran

"La ética estoica es la del guerrero que sabe cuándo hay que luchar y lo hace gobernando sus pasiones"
                         Juramento del filósofo

Me gusta mucho la idea del estoico como guerrero. Me parece importante no estar en una lucha permanente, pero sí estar preparada siempre para luchar, si llega el momento de hacerlo.
Bajar las armas y solo prepararse por si llega la batalla.
Ser más silenciosa - el que sabe no habla, el que habla no sabe-, más observadora, más prudente. Escuchar más y hablar menos. Pensamos que sabemos demasiado.
El entrenamiento permanente en el gobierno de las pasiones, es la manera de acallar los perros cuando ladran. Hablamos demasiado alto, excesivo ruido, palabras vacías. Siempre hay un momento obligado para parar. 
La enfermedad del cuerpo, quizá no podemos pararla y en eso no compartiré sanatorio con nadie, pero la enfermedad del alma estoy obligada a curarla.
La filosofía es un gimnasio, abierto de sol a sol: ¿entrenamos o cerramos?

jueves, 24 de noviembre de 2022

El espacio en que no estás

En la pantalla de ese ordenador de la biblioteca, al que tuvo que irse adaptando, siempre estaba el gato.  En invierno, un calefactor siempre pegado a sus pequeñas piernas. En el cajón, un plátano que siempre se comía más o menos a la misma hora y con el que a veces los chicos hacían esas pequeñas bromas que ella permitía a carcajadas y diciendo hay que ver.... 
Tenía la mesa en el sito principal, vigilante incansable que con su voz, también pequeña, reñía y reía en la misma proporción. Repetía en el recreo que no se podía comer en la biblioteca, les mandaba callar y no callaban y entonces se volvía gruñona y taconeaba desde la mesa hasta cualquier punto de la biblioteca en el que se necesitase una buena bronca.
Una nunca sabe que se tiene que morir, pero aunque lo hubiese sabido, creo que su vida, no habría sido muy diferente.
He de decir que nos teníamos la una a la otra, en este espacio lleno de libros que casi nadie leía, un mausoleo que desde que decidí instalarme en él de manera permanente, me sentí como una okupa en la vida de Viti. Al principio me miraba de reojo y cuando empecé a llenar la biblioteca de alumnos/as a cada hora, se enamoró de la filosofía, de la inteligencia emocional, de la sexualidad, Platón, visitas extras, trabajos en grupo y la complicidad que los chicos y yo íbamos trabajando cada día.
A veces lloraba con las historias de aquellos que nos visitaban y entonces con disimulo limpiaba su nariz y sus lágrimas. A veces terminaba su turno de trabajo y se quedaba un poco más para escucharnos. A penas unas sesiones más y hubiera expedido su título honorífico de filósofa bibliotecaria.
Ya ves, Viti, mantengo activo este espacio que tanto nos gustaba y que en silencio y en secreto muchas veces hemos compartido. Tú me decías lo buena profesora que era y lo que estabas aprendiendo y yo escuchaba las historias de tu vida, que como tú solo sabes, me sirvieron para seguir aprendiendo. 
Casi no coincidíamos en nada: ni opiniones políticas sobre este pueblo, ni sobre la educación, ni sobre el mundo que nos había tocado vivir.... Pero a Viti y a mi, no nos importaba.
Ten en cuenta que siempre nos quedará la biblioteca, querida amiga. 
Postdata: echaré de menos tu estado de wasapp diciendo hasta mañana.


miércoles, 2 de noviembre de 2022

Día de difuntos en Ibahernando.

A veces las sombras se funden con la realidad y se estiran sobre el pavimento, para hacerse partícipes de los acontecimientos.

Día 1 de noviembre, día de cementerios, flores, misas y difuntos. Días de tristezas y sombras sobre las lápidas que anidan en este cementerio. He acompañado a mi madre, como lo he venido haciendo desde hace muchos años, durante la misa. Esta vez, ella estaba inexplicablemente para mi, dentro de uno de esos nichos. He escuchado la letanía de las voces que rezaban en la distancia, a su lado, frente a una lápida que se ha empeñado en tener grabado el nombre y los apellidos de mi madre. Creo que no es posible que mi  madre esté dentro, cómo la muerte puede haber callado ese torrente de charla permanente, ese saltar de un tema a otro sin control ni límites temáticos. Como puede la muerte dejarnos tan en silencio.

Conversaciones en susurros de fondo, reencuentros para llorar juntos. Venidos de lejos y de cerca nos reunimos al calor de la misma emoción, al frio del mismo miedo. Al final todos acabaremos aquí es la letanía principal, para qué tener miedo. Ahora cantan en latín, mi madre también lo hacía. Hay bullicio, un grupo de niñas corren durante la celebración, están exentas de llorar y necesitadas de reír a carcajadas. Hacemos paseíllo de reconocimiento por todo el cementerio y escucho contar otra vez las mismos sucesos: muertes naturales, dolorosas, prematuras. Historias completas que no se perderán nunca, porque siempre queda alguien para repasarlas. Mi madre siempre me recordaba algunas de esas historias, pero yo las he olvidado. 

Te hemos puesto muy guapa madre, hermana trajo dos macetas preciosas de margaritas para decorar tu espacio con vistas al cielo. Te hemos encendido una vela con la imagen de tu Virgen de la Jara, hemos limpiado la lápida para que te veas reluciente. Creo que hemos cumplido con todo el protocolo que nos enseñaste por si te morías, pero he de decirte, madre mía, que nos ha dolido
el corazón y el alma en este aprendizaje. 

miércoles, 26 de octubre de 2022

A quien pueda interesar.

   Soy profesora de instituto y al comienzo de la programación didáctica que estoy redactando, he incluido esta reflexión en voz alta:


A quien llegue a leerlo y pueda interesar: Antes de comenzar a redactar esta programación, quiero dejar constancia, a nivel global, de algo que me parece primordial en educación y es la pérdida de tiempo a la que estamos sometidos. Las horas que voy a dedicar a redactar esta programación, son parte de esa pérdida de tiempo y desde luego, confieso que la haré de manera superficial y de muy mala gana, porque este cometido no me interesa lo más mínimo. Pueden, por lo tanto, suspenderme en programación didáctica, lo asumiré.

Año tras año y ley tras ley, pocas cosas han cambiado y de manera muy lenta.  Quiero dejar también constancia y ahora a un nivel todavía más personal, que trabajo por competencias desde el año 1992 que ingresé en la enseñanza pública y lo que ahora parece un descubrimiento, entonces era tachado de pedagogía moderna. Siempre llegamos tarde y llegamos mal. Quizá el problema es que nunca ha dejado de ser enseñanza y nunca ha llegado a ser educación. 

Les aseguro que esta nueva ley no va a obligar al profesorado a trabajar por competencias, ni les va a hacer mejores profesores, solo cada uno de ellos puede hacerlo, nunca la ley. Hay una canción de mi rockero favorito, Loquillo, que dice “luché contra la ley y la ley ganó”. Hoy quería practicar la desobediencia civil, pero creo que nadie entendería por qué y aquí estoy.

Aprendí de los estoicos a aceptar lo que no se puede cambiar y honestamente es lo que estoy haciendo. Por eso, me he sentado con tristeza ante el ordenador con el DOE, BOE y mil instrucciones que no entiendo y que, les aseguro que para ser una buena profesora, no necesito entender. 

Estoy derramando palabras, esas  que tanto amo en un folio en blanco y creo que solo significan algo para mi.

Esta cansada y valiente filósofa, si pudiera dejar de hacer lo que tiene que hacer, iría a las barricadas. No obstante, quizá vaya después.

                    

                         

 

lunes, 17 de octubre de 2022

¿Harto de Burocracia? Deja tus quejas aquí



Hay que entregar la programación del curso escolar 2022-2023 a finales de octubre y hoy me he sentado estoicamente a empezar a averiguar qué tengo que hacer. 
Tengo la boca cerrada, pero la mente siempre abierta y por ella salen todos los improperios que uno puede imaginar. Sentarme frente al ordenador y escribir conceptos incoherentes como competencias, evaluación, criterios de calificación, saberes básicos, indicadores, rúbricas...espera que ya me estoy descojonando jajajajjaja. 
Para el neófito aclararé que esto es como ir a mear y no echar gota o como hacer que comes sin meter alimentos en tu boca o como respirar cuando no hay aire.... es decir, una estupidez.
A riesgo de ser demasiado directa y dejarme llevar por la ironía que me caracteriza, diré que siempre todo el rollo burocrático al que estamos sometidos, en este caso particular que me atañe, los docentes, es una estupidez. 
Este año me estoy planteando seriamente qué hacer para declararme objetora de conciencia y cumplir servicios sociales en compensación o ir a la cárcel una temporada por desobediencia civil. Afirmo con la mano en mi pecho que llevo dos horas delante del teclado y no he conseguido escribir nada, he intentado lo del rincón del vago y copiar algo hecho para salvar este asunto lo antes posible. ¿Alguien me regala una programación hecha, por favor? a cambio ofrezco mis servicios para elaborar cualquier tipo de proyecto pedagógico y educativo que sirva para conseguir algo en todo esto que llaman educación.
Buenas noches. Hoy tampoco será el día en el que me acueste con la esperanza de ver un nuevo renacer, uno sin burocracia. 

miércoles, 5 de octubre de 2022

Filosofía en Formación Profesional Básica, por ejemplo.

Momento ¿podemos cambiar?
          Dedicado a Cris y al alumnado de FP básica.

A veces, solo me siento y respiro. Después del trabajo bien hecho, me gusta tomar aliento, saborear el espacio educativo que habito y decirme: hay que seguir adelante, querida filósofa.
Me gustaría poder afirmar que todo aquel que se dedica a la educación, hace algo parecido. Pero, honestamente, no puedo hacerlo.
Inicié el curso pasado un hermoso proyecto, invitada por mi curiosa compañera y ya amiga, Cris. Alumnos/as de Formación profesional Básica, a los que la Filosofía Aplicada, les está ayudando a crecer un poco más. Me he dado cuenta de que también les está ayudando a creer en que, aunque el sistema les ha expulsado, hay cosas que se pueden hacer bien. 
Quiero aprovechar la oportunidad que me brinda mi propio blog y mi pasión por la palabra, para que este proyecto no caiga en el vacío. Cada semana y durante una hora de clase, me reúno con ellos/as. Les espero con la pizarra llena de buena filosofía práctica, mucha de ella basada en los estoicos - que eran muy listos-, frases célebres, provocadoras, emocionantes. Solo entiendo la filosofía como un camino que te eriza la piel, porque habla de las cosas de la vida, las no planeadas, las que se te escapan si no prestas atención. Nos sentamos en círculo, tal y cómo pueden ver y hacemos algo inusual: pensamiento crítico.
Les he llamado borregos, prisioneros de la caverna de Platón, he cuestionado su comportamiento, escuchado su malestar y perdonado su ignorancia, entre otras cosas. A pesar de eso siguen viniendo y lo hacen porque quieren. 
En la antigua Grecia, mis maestros paseaban por las plazas o los patios y aquel que quería se acercaba a escuchar, cuestionar y aprender. 
Es un honor para mi, que vengan al espacio de reflexión que he creado para ellos/as. Vienen con los ojos abiertos. Bendita Filosofía y bendita la madre que me parió.

sábado, 17 de septiembre de 2022

Yo antes era un drogadicto


Yo antes era un drogadicto/ que se arrastraba sin honor/ y tenía que robar/ alimentar mi sucio vicio...
Yo sigo siendo un drogadicto/ antes la droga y ahora Jesucristo./ Mi antiguo camello y mi nuevo jefe/ el mismo banco y dos cuentas corrientes. 

Hoy la casualidad me ha permitido conocer a un ser extraordinario de tan solo veintiún años. Teniendo en cuenta la costumbre que tengo de llevarme a mi casa a personas interesantes y vulnerables, si hubiera sido libre, me lo habría llevado. Pero estaba dentro de una burbuja, tan tóxica como las drogas que ha consumido desde que tenía doce años. 
A veces en voz baja, porque el lugar en el que nos hemos conocido no permitía más, me ha ido contando pequeños y salteados fragmentos de su vida: ladrón, drogadicto, violento, habitando una chabola en un barrio marginal, todo el día sentado y colocado o pensando en robar para colocarse, junto a un brik barato de vino. Imposibilitado para dejarse ayudar por su familia, porque la falta de lucidez se lo impedía, estaba esperando a que le mataran o a morir, cuando la esperanza en un dios le rescató.
Tras su sonrisa solo había hermosas y amables palabras para el centro que le sacó de todo eso. Le he escuchado con absoluta admiración, no podía ser de otra manera. Todavía inestable, me dice que propenso a caer una y otra vez en la misma mierda, dios es la promesa de algo mejor, un milagro en su vida. Y aunque no soy creyente, de momento a mi me vale. 
Lleva dos años sin consumir, controlado, vigilado, leyendo la biblia: es imposible que alguien se haya inventado las palabras que están ahí escritas. La palabra de dios alivia su vida y su alma.
Quién soy yo, para qué decirle que dios ha muerto, que es una ilusión, que solo el puede salvarse y recuperar su vida. Para qué decirle, como canta la Polla Records que Jesucristo es otra droga, otra burbuja que hay que explotar. Está limpio y tiene un techo donde vivir y es feliz. Sus padres vendrán pronto a visitarlo porque sabe que no puede volver todavía. 
En medio de todos esos colocones que las drogas le han regalado, había momentos de lucidez y en uno de ellos me dejé ayudar
Voy a volver a verle y a escucharle, tal y como soy, se que lo haré cientos de veces. Voy a volver, porque no soy creyente, pero con la luz de sus ojos y su creencia certera en la salvación eterna, de momento me basta y a él también.









jueves, 1 de septiembre de 2022

Ser maestra a pesar de todo


En Japón los únicos que no tienen obligación de hacer reverencia ante el emperador, son los profesores. Saben que en una tierra donde no hay docentes, no puede haber emperadores.
Marco Aurelio en Las Meditaciones también reservó un lugar muy especial para sus profesores en sus agradecimientos.
Albert Camus aseguró de su maestro que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso continúan siempre vivos en uno de sus pequeños discípulos, que, a pesar de los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido.
Traigo también hasta aquí otros breves fragmentos de ilustres alumnos y alumnas: "... aprecio que mantengas con nosotros una relación de complicidad y camaradería. Valoro mucho tu tolerancia y tu objetividad, así como tu sensibilidad y humanismo..."
"...Gracias. Echaré de menos esa ternura en tus ojos cuando nos miras y nos enseñas. Echaré de menos que nos trates con cariño..."
" Gracias por ser tan buena profesora y amiga, nunca has abandonado a un alumno y nos has dado confianza y diversión mientras aprendíamos..."
" Tus clases nos proporcionan momentos de felicidad y armonía" 
"Espero que sigas dando esperanzas a los alumnos, aún sin saberlo, como a mí. He olvidado a mucha gente, pero nunca a aquellas personas de las que he tenido tanto que aprender. Gracias"
"Gracias, porque quizá sin tu ayuda no me hubiera dado cuenta de que a veces tenemos errores y no queremos verlos"
"Es muy reconfortante oír que todavía queda gente que disfruta de las pequeñas cosas de la vida. Ha sido un alivio escucharte y gracias por despertar en mi ese ansia de vivir que llevaba dentro y que creía que había perdido."
"Muchísimas gracias por todo lo que has hecho por mi y mis compañeros, eres una pasada de profesora"

Hoy la ocasión merecía que abriese la carpeta color burdeos en la que guardo, desde hace años, todas las cartas y notas que mis alumnos han ido dejando en mi taquilla, entre las páginas de un libro o de mis apuntes, por correo o en mis manos. Me consta que no soy la única que tiene estas joyas.
Es principio de curso y de nuevo observo como impera, por nuestros centros educativos, el desasosiego que produce la indefensión cuando las cosas se hacen mal. Trasiego burocrático que mueve como hilos de marionetas, a los docentes. Alumnos que son números, maestros que son puntos acumulados que irán a parar a cualquier parte que a nadie parece importar.
Tristeza por destinos no deseados, por errores burocráticos, que te llevarán a donde te lleve el viento o la administración con un dedo en el teclado y otro.... a saber....
Un país que trata con desgana a los que educan a sus hijos y les hacen perder el tiempo en reclamaciones, salas de espera, papeles y demás mierdas, no han comprendido que han ocupado el lugar que ocupan porque detrás hubo docentes, siempre hay docentes. Aunque quizá no aprendieron lo suficiente. 
Entiendan entonces, porque no hago reverencias ante los emperadores...

(En mi instituto el curso ha comenzado revuelto, un error administrativo ha ocasionado el caos. Esta reflexión va por aquellos que se esfuerzan en luchar para restablecer lo justo y por aquellos a quienes su ignorancia no les deja ver nada más)

miércoles, 27 de julio de 2022

Motivos para comprar una casa grande

Merienda con algunas gladiadoras

Nuria, la que está sentada a mi derecha en la primera foto, me dijo: "querías una casa grande con el objetivo principal de poder acoger a más personas y ofrecerles lo mejor de ti (y lo sabes...jajaja). 
Desde el mes de enero habito en una casa más grande, trescientos metros de espacio que me están proporcionando más de trescientos metros de felicidad.
Mi casa me ha regalado un techo lleno de estrellas y aliento fresco. Me ha regalado la posibilidad de crear rincones hermosos, silencio, soledad, ruidos de pájaros, grillos que hacen efecto llamada, colores, nubes al amanecer, al atardecer, al anochecer. Abro las ventanas y entra la ausencia de ruidos callejeros, los saludos de mis nuevas vecinas, el olor a acera recién fregada.
Comemos mexicano
Muchas veces suena el timbre y siempre hay alguna vecina encantadora con lechugas, ciruelas, calabacines, melones o albarillos. Vecinas que en poco tiempo me han contagiado su tiempo lento, para charlas de las importantes, de las de todos los días. 
Mi casa nueva me ofrece espacios para llenar de amigos, de desayunos, música, comidas, meriendas, bizcochos y tartas horneadas en mi nueva casa, cenas a la luz de la luna y a las velas de citronela. Conversaciones nocturnas desde esa hamaca estoica que me obsequiaron gladiadoras incansables con las que no dejaré de batallar.
Mi nueva casa llama a mis amigos y ellos dejan sus cosas para venir. Traen sus mejores presentes: mousse de pimientos desde Talavera, piruletas de chocolate de nuestra futura abogada, empanadillas de Alburquerque, pijama, plantas aromáticas, un clarinete de música deliciosa en los labios de David, toalla de piscina, berenjenas y bañador. En mi nueva casa hay cojines blanditos para sentarse, césped que amortigua los pasos, estrellas fugaces y satélites, una luna caprichosa que va cambiando de fases ante mis ojos y todos los ojos acompañantes.
En mi nueva casa, mi marido construye parte de las cosas que he soñado, mi hija trae a sus amigos y me rescata de mis tareas críticas, compartiendo mis caprichos pictóricos. Somos un equipo.
La nueva casa, se está preparando a conciencia para acoger a todos los que van llegando y están por llegar: camas, sofás camas, ventiladores en techos, aire acondicionado, piscina, sillones construidos con palés, imaginación y cariño, sábanas suaves, mosquiteras, croquetas caseras...
En fin, Nuria tiene razón, por eso cuando me lo dijo, contesté: que lista eres, querida amiga!

lunes, 27 de junio de 2022

Gracias

Mi vida, aún a riesgo de ser considerada obscena, es como una puta. Una puta que gusta de regalarme hermosas sorpresas, vestidas de liguero y tanga negro.                                                                Y así han aparecido varios días de mi vida: envueltos amablemente para ser disfrutados.  Amigos que aparcan sus vidas, con generosidad, para dejar espacio a la tuya. Amigos que eligen sitio para cenar, organizan encuentros en sitios agradables. Amigos que sonríen porque quieren sonreír y se interesan sinceramente por tus proyectos y tu vida. Amigos que te ceden su cama, su colchón, su descanso, su espacio en el sofá. Amigos que improvisan una cena, unas cervezas, unas risas. Amigos que te invitan al paseo, a la crítica constructiva, al debate y al chiste. Amigos de café, de helado, de patatas compartidas, de silencios y compañía a pie de siesta en un sofá que te engulle como la mejor droga. Amigos de mariposas en la cabeza, en las cortinas y en el alma. Amigos de colores variados, de gestos cómplices, de manos grandes y pequeñas, de corazones que no les caben a veces en el pecho. 
Amigos que cuando te acercas te abrazan apretado y cuando te marchas te aprietan abrazándote para que vuelvas, aunque sea para robarles su espacio, durante unos días, de nuevo.
Ni si quiera con palabras, a veces, soy capaz de expresar lo que siento. Gracias, amigos, amigas, gracias. 
Amigos de besos en la mejilla, de calor y eternidad.


 

miércoles, 8 de junio de 2022

Viaje a las profundidades de la EBAU

Ella, desea encarecidamente y con mucha ilusión estudiar veterinaria. Si, como muchos de los estudiantes en este país, tiene vocación por algo que a veces es difícil de conseguir, debido al alto grado de competitividad que el sistema educativo nos regala.

Ella, el curso pasado no consiguió la nota necesaria y ha estado todo el año preparándose para subir nota y poder acceder , si lo consigue, a veterinaria. Si, ya lo sé... de nuevo, como muchos de nuestros chicos en este país.

Ha tenido la mala suerte de coger un virus intestinal y lleva varios días entrando y saliendo de urgencias. Hoy, a tan solo un día de la fecha de los exámenes que tiene que realizar, está en su casa vomitando, con diarrea y sin poder tolerar nada líquido que la reactive. Como habrán imaginado además estará llorando por la sensación de un año perdido.

Para quienes no lo sepan, presentarse a la EBAU en la convocatoria de julio, que sería la solución según normativa, limitaría su acceso a veterinaria, porque en julio, se adjudican los restos.

Estamos hablando de adolescentes, sometidos a la competitividad de un mundo de adultos, a los que directamente les quitamos la posibilidad. Me han dicho por todos lados que la normativa no contempla nada y bla bla bla bla… y yo pienso que el sistema educativo en general ya los tiene bastante jodidos, como para tener encima que luchar contra la salud.

Desde aquí invito, a todos los implicados en estas decisiones, coordinaciones, comisiones y diversas .....iones, que revisen la ética y la normativa. Ofrecer igualdad de oportunidades es otra cosa.

Afortunadamente, también te encuentras personas que actúan con eficacia y te allanan el camino, desde aquí: gracias.

Esta chica, como otros casos que se han dado y se darán, necesita poder presentarse en julio y que no corra convocatoria; o necesita una retraso en el examen para que mejore algo su salud. Si entrar en veterinaria ya es difícil en junio, imaginen en julio.

Esperando un poco de sentido común envío este escrito, a la espera de no recibir respuestas del tipo: Entendemos su postura y lamentamos que su alumna esté enferma, pero.... Absténganse de hacerlo, por favor, si aún tienen un poco de cordura.

Atentamente, ya saben: una implacable luchadora.

 







sábado, 16 de abril de 2022

Hice 55 sin más

Un día de esos, hice 55 y balance rápido de una vida lenta. Hice 55 sin más, sin preámbulos, sin tragedias, sabiendo bien todo lo que había vivido.
Recogí algunas fotos y algunos trastos que he ido amontonando a modo de baúl de los sucesos y decidí que todo está bien como está. Restauro tanto muebles como almas heridas y cansadas, luchadora inagotable que acribillo la existencia a fuerza de palabras. Sexi, provocadora y un poco puta, tal y como debe ser. La vida me enseñó que tenía que usar mis armas de mujer para ser mujer y no cosa. 
Filósofa de las de antes, de las de calle, de las que realmente sirven al ser humano, aprendiz interminable, escritora,  cuidadora, cómica de tres al cuarto, empeñada en unir siempre y no separar. Amante estoica y perra cosmopolita y confusa. 



Conversadora de sexo, de muerte de nada y de todo. Ignorante completa de lo que es necesario para vivir y ser feliz viviendo. Exigente sin criterio, demoledora por principios que no acabo de descifrar.
Que se agita arrullada por los ronquidos de los dos animales que a veces me acompañan. Ella lame mis lágrimas, la otra ruge y me rompe, pidiendo salir.




 

miércoles, 16 de marzo de 2022

Hacer lo que tengo que hacer

Hoy he descubierto que los libros de reclamaciones, la atención al cliente, al paciente, al ser que existe en general y actúa, los espacios habilitados para quejas y denuncias y demás insípidos no lugares; existen porque la gente no hace lo que tiene que hacer.
De nuevo, como cielo cargado de arena del desierto, acecha la mediocridad y siento rabia.
En los últimos 15 días de mi vida hemos conseguido que tres situaciones de absoluta negligencia, porque alguien no hizo bien su trabajo, se solucionen a fuerza de reclamación acompañada de ese plus de cabreo español, sin el cual la simple queja educada no funciona.
Se perdió un libro en tierra de nadie y en lugar de una disculpa, recibes un ataque porque dicen que no pudieron cobrarlo. Tras el cabreo obligado, al día siguiente llega el libro a mi recóndito pueblo.
Casi se pierde la vida de mi padre porque fallan múltiples gestiones hospitalarias. Este suceso lleva ya tres reclamaciones y tres cabreos monumentales. Al final y al límite de la existencia de mi padre y de la nuestra propia, resuelven a nuestro favor y a favor de lo que es considerado humanidad y que ha desaparecido en medio de tanta mediocridad. Al tercer cabreo hacen los deberes y rectifican, para entonces yo personalmente ya he muerto.
El tercer escarceo llega hace tres días: falla insistentemente la entrega de un mueble. Ni tenemos prisa, ni hemos exigido ningún plazo de entrega, pero se empeñan en llamarnos cada día para confirmar la entrega al día siguiente. Ya van tres días, la queja y el cabreo se hizo efectivo hoy y los malos modos consiguen, una vez más, el éxito esperado: mañana sin falta el mueble aterrizará en mi casa a la hora que a nosotros nos venga bien.
A mis alumnos y alumnas les repito muchas veces la importancia de hacer lo que tienen que hacer, con mi alma estoica en una mano. Entienden la frase, entienden los ejemplos que les pongo, entienden que todo funcionaría bien si se cumpliese. 
En la otra mano, llevo un libro de reclamaciones, por si no lo entendieron bien.
 

lunes, 7 de marzo de 2022

Reflexión dominical

"Mi hija está en la ESO, lleva desde  principio de curso con 2 o 3 exámenes por semana, a parte de las tareas diarias correspondientes.
Algunas semanas tiene incluso 2 o 3 exámenes el mismo día. Es como si solo importaran los exámenes y las horas que pasan en el instituto no contaran para nada.
Hay veces que llega llorando del instituto o llora en casa. Hay días que no quiere comer y ha empezado a estar triste. Se angustia mucho porque de lunes a viernes no puede salir con sus amigos. No tiene tiempo de descanso, acaba de comer y llena la  mesa de libros para seguir trabajando. Cuando lleva mucho tiempo la obligo a descansar y se enfada porque no le va a dar tiempo. Si desde tan pequeños están así, no van a apreciar la educación ni van a disfrutar de  lo que aprenden.

Me dice que le gusta ir al instituto pero que en clase no se puede hablar y que no es capaz de estar atenta todo el tiempo. Esto todo me lo dice llorando. Solo puedo hablar un poquito en el recreo con mis compañeros. Me dice que la ayude y encima ya no contamos con septiembre. Si comento algo siempre me dicen que puede hacer más  y yo pienso que todos podemos hacer más. Jamás imaginé algo así."

Este es el escalofriante relato que he construido sumando los mensajes que me van llegando de varias madres.

A este puedo sumar otros muchos que he ido escuchando año tras año, y que son bastante parecidos. A esto puedo sumar, además, los relatos de los propios alumnos y alumnas, que ansiedades y angustias aparte, manifiestan lo estúpido de los conocimientos que reciben en aquellas materias,  cuyo único objetivo es memorizar y vomitar en múltiples exámenes. 

Las leyes educativas dan igual, el valor de las competencias da igual..., si solo nos quedamos en la anécdota de si promocionan o no promociona y con cuántas promocionan. Se olvida lo realmente importante y es tan simple, que quizá por eso se olvida: Aprender.

Hoy, ya no he podido resistirme, porque pensé que si esos chicos y chicas a los que tenemos la OBLIGACIÓN de enseñar (ni me atrevo a decir, educar) y ayudar a madurar, vienen al instituto sin alegría. Si el lugar al que tienen que ir para aprender les hace llorar, creo que se exige un cambio serio. 

Personalmente, creo que se pierde demasiado tiempo hablando del cómo cambiar y se cambia muy poco. Para cambiar, sólo hay que cambiar. 

Yo no he tenido respuesta para esta madre y a veces no tengo respuesta para los chicos: ¿Vosotros si?


domingo, 27 de febrero de 2022

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...

Queridísima madre:

Espero que cuando recibas esta carta, estés bien. Hoy es tu cumpleaños, 86 años. Ya sabes, toda una vida y ya, parte de una muerte.

A estas horas, ya estaríamos tomado la cerveza de después de misa, algún aperitivo y habríamos reservado en algún sitio para celebrar adecuadamente. Una agradable comida, en algún sitio agradable, con gente agradable. Que no falte la tarta. Dónde sea que estés habrá una deliciosa tarta esperando, o en su defecto unos buenos pasteles con un cuchillo para partir y compartir, porque me gusta probrarlos todos.

Quiero que sepas que te llevo pegada a mi corazón y que en momentos puntuales se me encoje y palpita más fuerte. Imagino que me escuchas y que puedes ver y disfrutar de todas mis cosas. Cuando escribo, recuerdo lo mucho que te gustaba leer todo lo que escribía, susurrante y emocionada. Esa lectura, semejante a la música que emitías al rezar el rosario, hacía que mis escritos se envolviesen de una naturaleza mística, que no tenían. Eso los hacía indestructibles, al salir de tus labios.

Quiero que sepas que te he cantado cumpleaños feliz en voz baja, al despertar. Quiero que sepas, que te habría regalado un hermoso ramo de flores, algún libro y mil besos y abrazos ininterrumpidos, como siempre. Quiero que sepas que nunca he dejado de quererte y que sigo tus pasos, para convertirme en una mujer hermosa y valiente.

Es una chica excelente, es una madre excelente.... Cumpleaños feliz, mamá.


 

sábado, 19 de febrero de 2022

IES Castillo de Luna, mi casa.




Quiero confesar públicamente, que soy una profesora de filosofía privilegiada, que habita en un centro público. Una profesora,  que flota alegremente por encima de ese naufragio que supone, para el resto, la siempre controvertida ley educativa.
El IES Castillo de Luna de Alburquerque, es el espacio en el que vivimos mi sosegada voz, mis atractivas clases, el pensamiento crítico que contagio, las actividades que construyo sin cesar, mi impertinencia y lucha sin control, los debates imparables e imprescindibles y esta educadora y filósofa incansable. 
También habitan allí varios personajes que no quiero silenciar: un equipo directivo abierto a la innovación y a las locuras, dialogante y crítico, que construye, sin destruir, las iniciativas que tenemos. Habita el educador social, una de las  joyas de la corona y que despliega su sabiduría y su mano firme y amable en todo lo que toca, a modo de rey Midas. Habitan conserjes, dotados de una saber hacer poco usual, de cariño, de buen trato con los chicos y con todos nosotros, de esa aptitud necesaria para que todo funcione, porque tiene que funcionar. Hay inquilinos variados que hacen que la vida sea sencillamente vivible: limpiadoras que limpian y escuchan música, que se preocupan por tus necesidades y se adaptan a tus extraños horarios de tarde. Administrativos que papelean con sus mil papeles y con los tuyos, si eres tan torpe como yo para la burocracia. En la cafetería habita la que nos alimenta el cuerpo y a veces, nos da chocolate para el alma. Compañeros que pululan por pasillos, patios, salas, aulas, rincones, a veces buscando soluciones, a veces haciendo lo que saben hacer y lo mejor que pueden hacer. Y los chicos y chicas que acaparan todo el ruido generado en hora punta y en horas bajas, ellos y ellas son los imprescindibles: sus quejas improductivas, sus carreras por pasillos, sus excusas, retrasos, aciertos, triunfos, voces, te sorprenden, a veces muy dormidos y a veces tan despiertos que asusta tanta lucidez. Sin los chicos y chicas que vienen cada día a que les demos lo mejor que somos capaces de dar, esta casa no existiría.
Y aunque hay que limpiar de vez en cuando y pintar y reformar, sigo quedándome cada curso en ella. Imposible, a estas alturas de mi vida, habitar en otra.
 

martes, 15 de febrero de 2022

Amor y muerte

Con permiso de Bansky

Mi padre está en la UCI y mi madre ha muerto hace ocho meses. 

En estos últimos días, me han llegado dos preguntas esenciales y muy relacionadas con mi situación actual.

Mi hermana me preguntó qué versión tiene la filosofía de la procrastinación, porque la palabreja se las trae.

Respuesta: creo que la muerte para el filósofo no es trascendental. Solo es parte de la vida. En ese sentido carece de importancia morir. Solo se muere sin más, sin tanta tragedia ni afán de prolongar nada. 

Los médicos siguen poniendo vías y cables y oxígeno, procrastinando. Mi padre no pierde ocasión para quitárselo.

Después y a raíz del día de san Valentín, un querido amigo me preguntó acerca del enamoramiento. 

Respuesta: la atracción, el amor... para mi son lo mismo: solo palabras.

Ayer mi padre, entrecortadamente, me dijo que ya estaba cansado de estar solo sin mi madre. Me dijo que siempre habían estado juntos y que era con ella con quien quería estar. Miraba hacia arriba, porque si hay cielo ella solo puede estar allí, a la espera de que ella bajara a buscarle para seguir juntos. Me dijo que sentía dejarnos solas, pero que ya se quería ir. 

Esto es el amor, querido amigo, ahí tienes tu respuesta.

jueves, 10 de febrero de 2022

Expulsada por Descartes.

 

Debe de llegar el momento, en la vida de todo ser humano, en el que dejes de pensar en ti mismo definitivamente.

Mi hija me hizo esta foto hace unos días y aunque a simple vista es una foto espontánea y sin más pretensiones, me ha llevado a una reflexión profunda sobre mi misma y las últimas tristezas que me invaden sin descanso.

Me miro a mi misma desde detrás de mi y veo las canas que entre las mechas naranjas van cubriendo mi existencia. He vivido muchas cosas y esa posición de absoluto cansancio, me grita que toca descansar. Estoy cansada de mi misma, de mis indecisiones, de mis exigencias, de esos errores que no dejo de cometer aunque los reconozco cada día. Mirándome a mi misma descubro que soy nada. Mirándome a mi misma, descubro que solamente soy. Descartes me llamaría disidente y me expulsaría del jardín del racionalismo. 


sábado, 15 de enero de 2022

Murmullos

Ángel Alonso Salas

Ayer, mi querido amigo Ángel, nos contagió con sus murmullos. 

La casualidad, las sorpresas que da la vida y todo lo que me sigue regalando la filosofía, hizo que conociese a Ángel. 

Me invitaron a formar parte de un grupo de investigación de filosofía experiencial. Primero pensé, a modo de Groucho Marx, que nunca pertenecería a un club que admitiera como miembro a alguien como yo. Después, simplemente me quedé y he de decir que ha sido una de las acertadas decisiones de mi vida. 

Ayer de repente, él empezó a murmurar en nuestros oídos y entendí el éxtasis que pudo llegar a experimentar Sócrates con esos murmullos, con esa voz interior o daimon que sabiamente le aconsejaba. Y yo me encontré escuchando esos murmullos que él nos lanzaba desde México y se quedaban sus palabras y mi mente rumiaba y murmuraba a la vez. Y me cautivó. Sé que el escucha la soledad de desfavorecidos, de privados de libertad, de seres de carne y hueso marginados que otros están dispuestos a desechar, sé que habla de nosotros porque conoce con claridad la labor del filósofo. Y me di cuenta del valor de susurrar la filosofía, de hablar bajito de las grandes cosas, de escuchar a media voz al otro. Apenas recuerdo esta mañana todo lo que dijo, pero sigo en mi murmullo descansando del ruido.

Va mi agradecimiento a su presencia, a sus enseñanzas, a la generosidad que supone conocer sus pensamientos, al sonido de su voz que siempre aquieta mi alma cansada.





jueves, 6 de enero de 2022

Día de colada y mi madre

Mi colada de hoy. Mi patio
El patio de mi madre, pintado por mi hermana
Hoy hice mi primera colada, provisional, en mi nueva casa. Tendí la ropa y recordé lo mucho que le gustaba a mi madre la ropa tendida al sol. La tendía y al cabo de un rato largo, volvía sobre ella para darle la vuelta. Todo un ritual de higiene y blancura solar, que ningún detergente podría mejorar. Mi madre era única en ese juego programado de sacudir, tender la ropa estirada, dar la vuelta a las prendas, recoger y doblar a modo de plancha humana. 

He de decir que esta peculiar afición de mover la ropa, no la he heredado, gracias a dios. Me consta que mi hermana se ha sorprendido, pese a su resistencia, haciéndolo. Y he de admitir que, aunque no la heredé e incluso me parece algo improductivo, me proporciona cierto placer tender la ropa al sol y recrearme en el olor a limpieza que desprende. 

Sacudo la ropa con ímpetu, para anticiparme, en esa sacudida, al posterior planchado y eliminar las dobleces y arrugas. La coloco en las cuerdas con ese orden extraño que solo puede tener la ropa cuando se tiende al sol y pretendes que el sol la caliente y la ponga todavía más blanca y más limpia. Con el paso de los años, al lado de mi madre, la experiencia me ha demostrado que la ropa blanca al sol, se vuelve más blanca.

No sabía que mi madre me había enseñado a lavar la ropa, a tenderla, a recogerla y doblarla, antes de que deje de darle el sol.  

Voy de inmediato a recogerla, mamá. Nos vemos en el patio, entre los últimos rayos que acarician la ropa que hoy tendí para ti.


lunes, 3 de enero de 2022

Peluquería y café

    
Desde el cristal del mueble del salón, donde Eva puso un día esta foto, nos miras. 
Un sábado de peluquería y café en una terraza, era parte de esos momentos felices que nos gustaba compartir. Esta foto es el instante en el que te quise inmortalizar. Con un ¿no me decís nada? nos invitabas a adular un sábado más, lo bien que te habían peinado.
Hace un momento estaba cocinando, algo se derramó y dije: ¡ay madre!. Fui consciente, casi por primera vez, de esta exclamación al uso que tanto me reconforta y me eché a llorar.
Pasan los meses y no vas a volver. Y me pasan cosas y no te las puedo contar. Hay una parte de mi alma que sigue caminando sola desde que te has ido. Solo escribirte me permite ir aceptando tu ausencia, mi incansable lectora, mi admiradora incondicional. Mi acompañante en la cocina, en el paseo, en las rebajas, en el camino que empecé en tu vientre y que termina en tu mirada.
Te quise inmortalizar mamá, sin darme cuenta de que era imposible. Sin darme cuenta de que no era importante. Sin darme cuenta...