viernes, 21 de noviembre de 2014

El poder de las palabras

Tengo un compañero que dice que la mayoría de los filósofos estamos siempre en lo alto de nuestro pedestal o nuestra montaña diciendo lo que los demás tienen que hacer o decir sin participar directa ni activamente en nada real. Yo le he dicho que es un gilipollas y que no tiene ni idea de lo que dice. Esta respuesta la he dado desde mi pedestal mientras pienso que el poder de las palabras es una magia necesaria, es una práctica difícil. Conseguir comunicar ideas y emociones cuando intentas transmitir sólo palabras no está en la boca de cualquier mortal. Observo entusiasmada, las caras de mis alumnos/as cuando les cuento cosas, cuando les invito a la rebelión contra la vida que no les gusta, cuando les activo las neuronas y les lleno de interrogantes hasta que me dicen "que nos rayas". Sus caras, sus razonamientos, los cambios de opinión y de humor, los nuevos planteamientos que se hacen ante sus vidas, sus estudios, sus amores y principios. Aprenden a rectificar, a pedir perdón, a llorar libremente cuando hablamos de la muerte o el dolor; escuchan y empatizan con otras ideas y otros sentimientos, olvidan y vuelven a retomar mil aprendizajes años después. Y no nos olvidan porque les hicimos pensar con nuestras palabras, y tiempo después recibes un correo ("Puedes sentirte orgullosa de todo el trabajo que has hecho, porque eso se nota cuando le hablo a mis nuevos compañeros de lo buena profesora de filosofía que he tenido, mientras los demás hablan fatal de los demás jajaja") para recordarte que marcaste sus vidas,(" me acuerdo mucho de ti y que eres una de las profesoras que me ha marcado para toda la vida." ) que fuiste importante, que tus palabras y tus actuaciones aparecieron en algún momento y les ayudó a tomar una decisión.("... que ojala nos volvamos a ver el día de mañana y tú te puedas sentir orgullosa de mí y de cada uno de los de la clase.").
Fantásticos filósofos/as que seguimos adorando el poder de la palabra porque sabemos que es la herramienta para conseguir mejores personas, mejores amigos, mejores amantes de la vida. 
Con alumnas, momento relax

viernes, 7 de noviembre de 2014

Somos fuertes, muy fuertes

¿Será verdad que lo que no nos mata nos hace más fuertes?. "Los que antes daban Filosofía tendrán autorización en breve para impartir también Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial" o eso parece que dice el borrador del real Decreto de Especialidades docentes e indolentes. Lo mejor de todo es que no sólo los filósofos/as de este país seremos ahora pluriempleados, polivalentes, policríticos, poliempresarios y emprendedores en materias que no son de nuestra competencia, aunque todo es de nuestro agrado; sino que se verán metidos en el mismo caso lengua, historia, idiomas, arte...¡¡Y seguimos jugando para premio!! Y todo esto, como dirían mis chicos, en plan el equipo directivo decide las afinidades ¿no? o ¿cómo es la cosa?.
He sobrevivido ya en mi vida a manifestaciones, barricadas, leyes universitarias, objeción de conciencia, insumisión, relaciones amorosas, pancartas, políticos despolitizados, oposiciones inauditas, interinidades en ruta por paraísos extremeños, listas inexplicables, traslados, mala salud, miles de alumnos/as, peleas docentes, congresos indecentes, reformas educativas sin control y ahora esto...uff... llegando casi sin fuelle existencial. No han sopesado las desventajas de que los filósofos/as podamos acceder a impartir cualquier materia, el mundo de la educación se rendirá a nuestros encantos, volveremos a ser manipuladores de masas y estoy casi segura que en las próximas e incongruentes reformas educativas seremos los filósofos los que redactemos sin piedad cada párrafo de la nueva ley de educación, la  catarsis  que estamos esperando.
Que cada uno vaya quemando lo que pueda

domingo, 2 de noviembre de 2014

Un guardián para mis pensamientos

La honestidad genera desconfianza. Podría ser el eslogan de cualquier campaña pro democracia, pro fomento de empleo, pro educación y sanidad... La honestidad o simplemente la sospecha de que se pueda llevar a cabo algo sin engañar al prójimo y sin esperar nada a cambio. Lo hago por principios, por ideas, por humanidad, casi suena a risa. Aplaudo que un músico (Jordi Savall) rechace un premio merecido porque se lo otorga el mismo gobierno que está decapitando la música que le estremece; lejos de ir a recogerlo y montar un acto de protesta, brilla por la placidez con la que lo rechaza porque le duele la "grave incompetencia en la promoción del arte y sus creadores". Y a los ciudadanos que critican este acto de principios que les den porque no entienden nada. 
Le reconozco también el mérito, aunque admito mi "todavía" desconfianza, a Podemos por el valor de ser diferentes, de ser públicos, de analizar con serenidad los problemas de este país y enfrentarse a la mayoría absoluta con una retórica digna del propio Gorgias. Son capaces, porque no son políticos sino ciudadanos cabreados, de poner patas arriba el sistema y dejar paso a la esperanza, son capaces de hacerse entender sin trabalenguas ni palabras biensonantes. 
Dios guardián budista Niô en el Templo Senso-ji (Asakusa)
Foto realizada por mi marido ¡que estuvo en Japón!
Admiro al que escucha en estos días y es capaz de cambiar de opinión porque sabe que hay que hacerlo. Envidio a quienes tienen o han tenido la ocasión de ejercer su rechazo a cualquier política deforme , insultante y contradictoria de manera pública. Y mientras pueda darme el gusto de gritar y compartir mis gritos, mis satisfacciones y vuestras luchas seguiré latente; y a la entrada de mis pensamientos y mis sueños, como a la entrada de muchos templos budistas pondré un guardián para  no viajar sola y desprotegida por estos  caminos.