miércoles, 30 de noviembre de 2016

La feminización de Pablo Iglesias

Lo de ser mujer es fantástico. En contra de lo que puedan afirmar aquellos que manejan la palabra fascista con tanta soltura y gratuidad, la feminización es un grado que se obtiene cuando has elegido la tarea histórica de construir a tu alrededor aunque no tengas pene para fornicar y aunque si lo tengas. Y desde luego, no construir de cualquier manera. Lo femenino, no son mis tetas o mi fregona, ni siquiera el cariño que reparto cuando protejo a mi hija o acaricio a mi marido, no es la paridad ideológica que se reparte disfrazada de democracia. La feminización está en todo lo que tocamos, por eso me gusta que Pablo Iglesias haya construido casi un poema antropológico en defensa de la idea de comunidad, de acogida, de protección de la humanidad dejando toda esa responsabilidad en manos de lo más femenino que tenemos: cuidar del otro.
Te robo querido Pedro la idea afinada de machismo encubierto que justifica que "exista Telva y otras publicaciones que pregonan cómo ser aceptada a través de los estándares de exigencias masculinas"
Bienvenidos al mundo anodino y miserable que a fuerza de poder están haciendo público los ignorantes. Y lo digo yo, que he parido este texto mientras hacía besamel para unas croquetas que serán compartidas amorosamente. Si tuviera pene y pudiese mear de pie ya sería perfecto.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Sólo conversando no cambia el mundo

La conversación es un proceso por el que se busca llegar a un acuerdo. Para ello tenemos que conseguir alcanzar un lenguaje común, atender verdaderamente al otro que me habla y empatizar hasta el punto de ser capaz de comprender, aunque no siempre de compartir, los variados puntos de vista que pueden darse en ese conversar. Me subo al carro de los griegos y admito que el lenguaje no manifiesta la realidad, con lo cual además de hacer todo el esfuerzo de comprender tendremos que exigirnos interpretar y actuar. Al final resulta que aunque hayamos dialogado con esmero, si no actuamos en consecuencia y cambiamos la estructura de lo que ya estaba construido- porque para eso hemos decidido hablar- estamos al principio: en el vacío de no saber relacionarnos con el mundo. El único entendimiento posible incluye la diferenciación, la desconfianza en la poderosa razón, la desobediencia, la interpretación de las palabras más allá del lenguaje y de la propia realidad. Me viene a la mente la huida de la existencia inauténtica porque provoca alienación, porque hace que al final con tanta palabrería sustituyamos la realidad por la apariencia y la aceptemos como única fuente de conocimiento. Y al final la angustia, porque la responsabilidad de decidir hace que el ser humano elija caer al vacio en lugar de coexistir y actuar. Con Heidegger el habla es una invitación a responder y descubrir lo que puedes ser. Con el lenguaje empieza el acuerdo y la negociación, con el diálogo la exhibición de nuestros pensamientos. Los cambios además exigen acción. Es esto o abandonarse a una "vida feliz" alejados del mundo. 

sábado, 19 de noviembre de 2016

Somos lo que hacemos

Si, ya he comprendido que las palabras no se las lleva el viento y que abren brechas y desastres emocionales. Pero son temporales. Si, ya sé que mis pensamientos son mis pensamientos y que si no los comparto, no existen. He descubierto que si no los hablo no os pertenecen y no me identifican, ni me muestran, ni os afectan, ni me engañan. Quiero decir que hoy me he descubierto existiendo. Tanto tiempo paseando la cuestión quién soy por todos los espacios en los que convivo y lo he intuido en un instante. Soy mis actos. Soy lo que hago, no sólo lo que escuchas. Soy la que te aplaude y no la que sólo te enseña a ser aplaudida; la que te abraza apretando, no la que te habla sólo de la importancia de compartir emociones. Soy la que te agarra de la mano y te zarandea mostrándote tú decisión y obligándote a tomar partido. Soy la que te empuja a una realidad de vértigo sin dejarte respirar y te pide que reacciones. Soy la que respira a tu lado y te contagia para respirar contigo. Tengo una mala noticia: somos lo que hemos elegido hacer. No somos frases perfectamente construidas y convincentes, no somos gritos ni discursos intensos, no somos sentencias. Somos eternos, pero sólo cuando descubrimos que siempre somos lo que hacemos.