miércoles, 30 de noviembre de 2016

La feminización de Pablo Iglesias

Lo de ser mujer es fantástico. En contra de lo que puedan afirmar aquellos que manejan la palabra fascista con tanta soltura y gratuidad, la feminización es un grado que se obtiene cuando has elegido la tarea histórica de construir a tu alrededor aunque no tengas pene para fornicar y aunque si lo tengas. Y desde luego, no construir de cualquier manera. Lo femenino, no son mis tetas o mi fregona, ni siquiera el cariño que reparto cuando protejo a mi hija o acaricio a mi marido, no es la paridad ideológica que se reparte disfrazada de democracia. La feminización está en todo lo que tocamos, por eso me gusta que Pablo Iglesias haya construido casi un poema antropológico en defensa de la idea de comunidad, de acogida, de protección de la humanidad dejando toda esa responsabilidad en manos de lo más femenino que tenemos: cuidar del otro.
Te robo querido Pedro la idea afinada de machismo encubierto que justifica que "exista Telva y otras publicaciones que pregonan cómo ser aceptada a través de los estándares de exigencias masculinas"
Bienvenidos al mundo anodino y miserable que a fuerza de poder están haciendo público los ignorantes. Y lo digo yo, que he parido este texto mientras hacía besamel para unas croquetas que serán compartidas amorosamente. Si tuviera pene y pudiese mear de pie ya sería perfecto.

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