sábado, 19 de noviembre de 2016

Somos lo que hacemos

Si, ya he comprendido que las palabras no se las lleva el viento y que abren brechas y desastres emocionales. Pero son temporales. Si, ya sé que mis pensamientos son mis pensamientos y que si no los comparto, no existen. He descubierto que si no los hablo no os pertenecen y no me identifican, ni me muestran, ni os afectan, ni me engañan. Quiero decir que hoy me he descubierto existiendo. Tanto tiempo paseando la cuestión quién soy por todos los espacios en los que convivo y lo he intuido en un instante. Soy mis actos. Soy lo que hago, no sólo lo que escuchas. Soy la que te aplaude y no la que sólo te enseña a ser aplaudida; la que te abraza apretando, no la que te habla sólo de la importancia de compartir emociones. Soy la que te agarra de la mano y te zarandea mostrándote tú decisión y obligándote a tomar partido. Soy la que te empuja a una realidad de vértigo sin dejarte respirar y te pide que reacciones. Soy la que respira a tu lado y te contagia para respirar contigo. Tengo una mala noticia: somos lo que hemos elegido hacer. No somos frases perfectamente construidas y convincentes, no somos gritos ni discursos intensos, no somos sentencias. Somos eternos, pero sólo cuando descubrimos que siempre somos lo que hacemos.

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