sábado, 29 de octubre de 2016

Hoy tengo una hora más

Mi marido me regaló el viento en mi cara con esta foto
Una hora más para pensar el mundo que más se ajuste a nuestros deseos, una hora más para descubrir que no ha cambiado nada, que siguen siendo los mismos perros los que nos dirigen, nos aplauden y nos exigen una libertad de elección que ha dejado de ser libre. Hoy tengo una hora más de insomnio educativo que me va a permitir crear una hora más de estrategias para seguir destrozando en las aulas el conformismo y la pereza. Una hora más de tristezas por lo que vendrá, por lo que ya estuvo conmigo, por lo que no quiero esperar y es de inevitable presencia en algún momento de ese tiempo que hoy me regala una hora más. He cogido esta hora más para despertar de mi sueño, escuchar la noche que se agolpa en mi cabeza y a modo de martillo golpea sin remedio mi razón desobediente. En esta hora más, aquí sentada, bailando con las teclas, he perdido algunos recuerdos, he encontrado algunas verdades, las inexistentes por relativas, las que me persiguen por impaciente, por pasional. Es una hora que me regala una hora más de amor, de pactos de paz, de silencios, de plomíferos pensamientos que tengo necesidad de contar por si algún día no tengo una hora más. Una hora más de combate cuerpo a cuerpo con mi presencia, una hora más de baño, de café, de miedos, de ducha, de lecturas y sonidos ajenos que se cuelan por la ventana a medio abrir para que entre el aire de la noche una hora más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario