jueves, 8 de diciembre de 2016

Control de calidad

El desastroso informe pisa me da la razón y me jode que así sea. Este año de nuevo, un montón de alumnos saldrán de nuestras aulas sin haber aprendido a escribir y leer con claridad y por tanto serán incapaces de expresar sus pensamientos y sus ideas para que el lector disfrute. Cuando nos invaden con reformas, cambios de materias, optatividad, itinerarios, reválidas y demás gilipolleces, se olvidan de que al sistema educativo español le falta lo básico. Parece que todos han olvidado que es necesario un control de calidad del profesorado. A final de mes todos cobramos aunque en nuestras clases, a puerta cerrada, hayamos estado haciendo el pino puente. La mejora educativa no pasa por añadir horas de lengua a nuestros chicos, ni si quiera más horas de nada, se trata de que el tiempo empleado sea efectivo, enriquecedor, productivo y bien utilizado. En este país cuando a alguien se le ocurre decir en voz alta que los profesores que conforman el sistema no hacen bien su trabajo y nadie les dice nada, te salen enemigos. 
Un día más he corregido escritos de mis alumnos de segundo de bachillerato y ha sido desolador. Es cierto que la osadía tiene un precio, pero prefiero el destierro que el silencio, prefiero que se asuma la parte que nos toca y no la permanente goleada de balones fuera. Prefiero la crítica constructiva y provocadora a morir asfixiada soportando tanta negligencia. Siempre prefiero la lucha, porque ya saben los que me conocen que soy políticamente incorrecta.

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