martes, 27 de diciembre de 2016

Oxígeno

La torre de la sal. Foto hecha por mi marido
       El sonido del mar me obliga a respirar. 30 km/h de viento me tira del pelo, me engulle y me lleva al naufragio. Las nubes explosionan y en su afán de ocupar todo, engrandecen el espacio que ocupa la tierra. La realidad consigue difuminar el brillo del sol y los pájaros definitivamente cabalgan por sus rayos de diamante. Me duelen los oídos, incluso ahora que no escucho nada. Fotografiando lo que no alcanza la vista, consigues la instantánea que me dice que estoy ahora contigo, sintiendo contigo, gritando en un éxtasis veraniego camuflado de motivos invernales. Sin tiempo. Con arena entre los dedos, en los ojos, en la playa. El oxígeno me ha estado esperando. Respiro para volver a empezar. Respiro para poder continuar. Sólo respiro.

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