jueves, 3 de septiembre de 2015

Que nuestra existencia no vale nada

Que pueden darnos golpes legalmente por protestar, que pueden dejar que nos desangremos en una valla, que hemos dejado de sentir y de llorar porque ya nadie escucha. Que podemos hacer una foto de un niño que ha muerto por nuestra culpa, por la de todos. Que somos muñecos de trapo que van de paso y flotan en el mar romántico de los poetas, que ha dejado de ser mar que mece mis sueños y se ha convertido en el infierno de las pesadillas. Que seguimos despertando cada mañana con la memoria de la tristeza borrada, con la existencia cubierta, con el plato lleno y las vacaciones programadas. Que no escuchamos, que solo oímos los murmullos y cerramos los ojos para no saber. Que somos ausencia permanente, que no nos gusta la verdad, que cambiamos de canal, de periódico y de acera para no observar ni pisar la desgana, la pereza, la pobreza y el mal aliento de los que no pueden ya existir. Que el crimen se ha vuelto decente, que somos cómplices de quienes mueren a nuestro lado en cualquier mundo, en este mundo, en el de todos. Que me sangran las ausencias, los delitos, los abusos. Que no quiero morirme en el silencio, que no quiero que me maten sin escupir mis gritos, que os lleguen mis mil latidos que me asfixian. Que existir no vale nada y nos cuesta todo. Que tengo miedo, que ya no sueño y solo tengo miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario