lunes, 4 de julio de 2016

Soy libre

Mi hija de 10 años al terminar el curso me ha dicho ¡¡mamá soy libre!!. Libre de deberes programados e inservibles muchas veces, repetitivos y aburridos - varias veces le sugerí a su maestra la palabra creatividad-; libre de un horario inflexible que no perdona un minuto; libre de una maestra obsoleta que no sabe enganchar a los niños con hermosas historias sobre el mundo y sus acontecimientos, sobre la naturaleza y la poesía. Menos mal que su padre y yo exploramos su fantasía y le contamos mil cosas y experimentamos mil cosas junto a ella. 
Mi hija de 10 años se enfrenta a un verano sin cadenas, dispuesta a disfrutar de todo, a leer lo que le gusta "Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama", a escribir en su recién estrenado blog lavidadeevaes.blogspot.com todas sus ocurrencias de niña de 10 años, a jugar a sus videojuegos favoritos, tocar el piano, bailar, cocinar y disfrutar de su bien ganada libertad.
Pero hay otros niños que no serán libres, porque no habrán sacado buenas notas y tendrán que continuar con su condena veraniega en clases o academias o haciendo deberes para poder seguir el ritmo frustrante de aprendizaje que el curso que viene de nuevo les marcará. Lo más triste es que sus padres están convencidos de la importancia de seguir malgastando las energías de sus hijos en estos menesteres. ¡Por favor, déjenles ser libres este verano que luego será tarde para seguir ejerciendo de niño sin más!

No hay comentarios:

Publicar un comentario